martes, 12 de julio de 2016

La Francia manifestante que no es afín a la agenda mediática

En esta entrevista, Tristan Cousin, nacido en Laval, Francia -militante del Partido de Izquierda Francés Parti de Gauche y egresado en Ciencias Políticas del Institut d'Etudes Politiques (IEP)- nos cuenta sobre su perspectiva de la situación que vive Francia con las manifestaciones sindicales y las represiones del gobierno de Holland.

Cousin realizó un año de intercambio en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano en Chile y a su vuelta en Francia finalizó sus estudios universitarios con un Máster en la Faculté d'Economie sobre Evaluación de Proyectos en Desarrollo Sostenible. Trabajó para la Cooperación Pública Francesa en Ghana, donde también participó en el marco de actividades sindicales.

Por Nadia Quantran.


Nadia Quantran: ¿Cuáles son las medidas de reforma laboral que plantea el gobierno francés que originaron las manifestaciones?

Tristan Cousin: La ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, (apellido que dio origen al nombre de  la ley), incorporó aproximadamente  800 enmiendas a la reforma laboral, dentro de lo más importante y lo que más rechazan los sindicatos es el tema de las paritarias de negociación, hasta hoy hay una jerarquía de las normas en los acuerdos paritarios, es decir que en Francia podía haber paritarias a nivel de la empresa, a escala de sector de actividad o a escala nacional de todos los sectores.

Lo que plantea la ley es acabar con esta jerarquía y que un empresario pueda realizar reformas sin tener que dialogar con los sindicatos y de ahí pueden negociar cada vez más acuerdos en favor de los dueños y empleadores, que de los trabajadores.

Esto es lo más problemático, así como las posibilidades  de que da mucha más flexibilidad en cuanto a horarios de trabajo, de despedir trabajadores más fácilmente. Antes, en Francia teníamos un sistema bastante amplio, contratos de tiempo indeterminado y otros contratos más precarios con un tiempo estipulado, ahora el empresario puede saber lo que tendría que pagar en caso de un despido.

En cambio antes con la existencia de un Tribunal Laboral,  se podía llegar a un acuerdo entre empleadores y empleados, en dónde se podía conseguir un subsidio de compensación del despido mucho más fuerte de lo que esperaba el empleador, era un riesgo para este.  Ahora lo puede calcular y optimizar con un plan de negocios, cuanto le va a costar despedir a "x" cantidad de gente, especulando con eso.

N.Q: ¿Cuál crees que es el rol de las agrupaciones de izquierda o de la sociedad en Francia contra estas reformas?

T.C: Tendría que cumplir un rol fundamental, si no lo cumplen las agrupaciones de izquierda, nadie lo va a hacer. Pienso en el movimiento sindical primero, es obviamente el primer interesado y comprometido en esta lucha contra la reforma laboral. Creo que hay equivocaciones en América del sur, en cuanto a la fuerza de los sindicatos en Francia. Si bien es cierto que tenemos una tradición sindical fuerte, desde sus huelgas cuando llego el Frente Popular en 1936 al poder, tampoco quiere decir que tenemos un movimiento sindical tan fuerte. La tasa de sindicalización hoy día está por debajo de 8% de los asalariados, en su mayoría en los sectores protegidos, especialmente en la función pública; por el uso creciente de contratistas en vez de una producción integrada, tampoco hay muchos sindicatos en las áreas tradicionales de implantación, como la industria.

Se está marginalizando. Hay represión de empleadores hacia sindicalistas, igualmente en Francia. Y el movimiento está muy dividido, por culpa especialmente de una cooptación ya antigua del segundo sindicato del país, la CFDT, por el partido socialista. Ellos otra vez aceptan la ley de reforma laboral, se pelean para agregar o salvar comillas al texto, a lo mejor… No es fuerte el movimiento sindical en Francia, por lo menos no en negociaciones, porque está dividido. Por eso también se explica que se compensa por modos de acción más radicales, por bases que no esperan mucho de sus jefes ni de sus capacidades de negociación, sino que apuestan en presionar cada vez más con acciones directas de ocupación, de bloqueo. Y hoy parece que están cobrando más popularidad los sindicatos por su abnegación y su lucha más endurecida en contra de la reforma.

Los partidos políticos de la verdadera izquierda obviamente apoyan al movimiento, pero temen que se les eche la culpa de querer "recuperarlo" estando a un año de las elecciones presidenciales y legislativas. Por eso son bastante discretos, sus miembros se involucran pero dentro de otros marcos, sindicales, asociativos u otros. Sin embargo es un reto importante para ellos difundir ideas vinculando el rechazo a la reforma laboral con asuntos más amplios.

Especialmente para los que están lúcidos en cuanto a la sumisión política al programa neoliberal de la UE. Es necesario explicar que echar la culpa al PS es insuficiente, porque son leyes que también llegan por presión de Bruxelles (la Comisión Europea), el papel del PS solamente es el de ser un ejecutor dócil, pero no se puede llevar a cabo un proyecto de izquierda realista y creíble; más si la gente no entiende el vínculo entre el dogma de Bruxelles y los cambios que se les impone cotidianamente, si no se quita el velo que esconde la responsabilidad europea detrás de las gobiernos nacionales.

Pero ya es menos la gente que acepta el chantaje del "voto útil" en favor del partido socialista contra las derechas, es tan obvia su traición, que la gente quizás se ponga más dispuesta a entender ahora esta sumisión.

N.Q: En relación a las protestas en el historial del país ¿habían tenido ya una movilización de esta dimensión?

T.C: Creo que desde el 95´ no se había dado algo tan fuerte, las marchas que se dieron este último tiempo tienen la magnitud de las que tuvieron lugar en aquel año. Aquí estaba la derecha al poder, la que se asumía como tal, y había un gran ataque hacia las jubilaciones en el sector privado generando un movimiento bastante fuerte. En 2010 se aprovechó esa desigualdad para decir que en el público también se querían sacar los supuestos privilegios que gozaban los jubilados.

A grandes rasgos es llamativa la gran diferencia de magnitud mediática de las manifestaciones y los atentados. Con esta última, hasta las redes sociales tomaron postura exhibiendo un “estilo” de duelo viralizado, ¿Por qué crees que fue más visible el tema de los atentados que las manifestaciones de los trabajadores en una lectura de contexto internacional? 

La verdad no lo había pensado desde esta perspectiva, pero sí, es cierto que siempre se invisibilizan estas situaciones. Aunque no me sorprende, porque la verdad, en Argentina ¿qué periódicos tienen? el Clarín y La Nación, y en Brasil con el O-Globo, es casi lo mismo. Es mucho más rentable hablar del miedo que levanta la xenofobia, el racismo, eso vende mucho más que hablar de protestas sociales en otro país.

La situación es que el gobierno de manera voluntaria tuvo el propósito de aniquilar el movimiento social a través de una política de represión. Hasta sindicatos de un corte casi fascista y la CGT que es más comunista, están de acuerdo para decir que la manera en que se mantiene el orden de las protestas
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Varias veces pasó también que había personas más violentas que estaban alcoholizada para la policía y estos podían ver que había gente dispuesta a romper vidrieras, cajeros automáticos, que ya estaban por fuera de la marcha. Y la policía se los podía llevar y las órdenes que tenía la policía eran de no hacer nada.

Dentro de la marcha en abril aproximadamente fue todo más violento y solamente cuando empezaron a acercarse a la casa del Ministro intervino la policía para detenerlos. Y eso antes no era así, parece que las órdenes dadas a la policía eran con el propósito de generar más provocación, y esperando que la gente más violenta se mezcle a los manifestantes más pacíficos para después golpear a todos, con gases lacrimógenos y palos.


N.Q: También se barajaba la posibilidad de que estos grupos más violentos fuesen puestos estratégicamente por el Estado, para deslegitimar las protestas genuinas de los trabajadores…

T.C: Es probable, pero es complicado tener pruebas para poder decirlo abiertamente. Igualmente hace poco vi una fotografía de un hombre que tenía pegado en la campera un sticker del partido anarco-sindicalista, o sea parecía que se quería disfrazar de sindicalista. Hay grandes posibilidades de que así sea. Para mi es tan directo y tan violento el ataque desde el gobierno, que da la pauta de que está dispuesto a cualquier cosa.

Igual ahora hay tantos jóvenes enojados y en contra de la policía por esta represión tan fuerte, desproporcionada y ciega, tanto es así que por ejemplo escuchaba hace poco a una sindicalista jubilada de  más de 60 años, a quien le pegaron indiscriminadamente, hasta la tiraron al piso y la seguían golpeando, estamos hablando de una violencia terrible y sin escrúpulos. Y este gobierno para sostenerse se ve que necesita a este tipo de policía golpeadora para generar provocación y enfrentamiento.

N.Q: ¿Qué es lo que pasa con Holland ahora, en sus inicios él no tenía una plataforma más de izquierda o centro izquierda? porque ahora por sus decisiones parece de derecha

T.C: La verdad yo no lo entiendo, porque es un cambio muy fuerte. Se podía adivinar que no iba a respetar todas sus promesas, pero este cambio hacia la derecha es muy radical, por ejemplo después de los atentados comenzó  a pensarse una ley para quitar la nacionalidad francesa a personas "comprobadas" como terroristas

N.Q: ¿Y cómo se podía comprobar eso?

T.C: Con una suma de prejuicio y de juicio en sí mismo. Y si este juicio trae la prueba de que esa persona era terrorista se le iba a sacar la ciudadanía francesa. El tema es que el derecho internacional también prohíbe crear situación de apátridas, así que había mucha gente que no estaba dispuesta a negar el derecho internacional y finalmente lo que se propuso es que se quitaría la ciudadanía francesa a quienes tuviesen la doble nacionalidad. Hay mucha gente que viene de Marruecos y de Argelia.

Al final igual esta ley fue un escándalo porque entre la gente doble nacionalidad hay una desigualdad en la situación jurídica y mucha gente se puso en contra de este proyecto de ley. El tema es que se había hecho tanto eco de esta ley que fue un fracaso porque el presidente aceptó, después de esta idea estúpida de quitar la nacionalidad y finalmente dio un discurso diciendo que no lo iba a implementar. Por esto ahora lo que analizan las personas es que no puede avanzar en cuanto a la reforma de ley laboral después de haber retrocedido con la ley para quitar la doble nacionalidad

N.Q: ¿Y el decidió sacar esta ley entonces por presión social o por otro motivo?



T.C: Sí, creo que fue por presión social también por presión internacional por organizaciones de Derechos Humanos, Naciones Unidas. Porque no era bien vista, ni tampoco era buena. Y ahora también intervienen por la situación de represión policial en Francia. A mí me parece que estamos frente a una situación en donde el poder se ve muy amenazado y se da cuenta de esto y de que no tiene muchas posibilidades, aunque también hay que agregar que puede ser que el Primer Ministro esté haciendo su propio juego para mostrar su firmeza, que está dispuesto para llegar al poder más tarde, el 2017 está bien para él, creo que no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección, pero ya quiere ponerse en contra del presidente y en contra de todo el partido socialista, aunque sea miembro de este, pero toma estas decisiones para mostrar su autoridad e imposición frente a los movimientos sociales

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