Otro Viento dialogó
con “Impares” una incipiente productora de eventos de Arte Plástico de la
ciudad de La Plata. Este proyecto comenzó a fines del año pasado como apuesta a
romper con “el arte para pocos y pocas”, y con el objetivo de popularizar e
incentivar su acceso. Un espacio que encuentra a distintos proyectos de jóvenes
artistas, apostando a la autogestión y construcción por fuera del acceso
elitista del arte.
Impares es llevado a
cabo por Belén Nieto Martínez, Lucia Fioriti y Cristian Torres.
OV: ¿Cómo y cuándo surge el proyecto
“IMPARES”?
Belén: IMPARES se junta a fines del año pasado, por noviembre más o menos. No me acuerdo. Probablemente fue charlado antes. Arranca por un
delirio mío. Terminé de cursar la Especialización de Periodismo cultural que
ofrece la Facultad de Periodismo de la UNLP y durante todo el año, tuve y tengo
dando vueltas pensamientos sobre el concepto de “alternatividad” en el arte. En
principio lo pensaba mucho más ligado a la música, que es el laburo que quiero
hacer de base, acá en La Plata. Sobre qué es lo que hace que un objeto o
producto artístico sea “alternativo”, ¿Alternativo a qué? ¿En comparación con
qué? Un término tan utilizado que no ha sido casi definido teóricamente, ni tan
investigado…
Cursando algunos seminarios de arte contemporáneo y
sociología del arte, algunas lecturas, y después de un par de cafés filosóficos
delirantes, me interesé un montón en esa otra parte del arte y la cultura. Sobre todo, porque me hace muchísimo ruido que en una forma tan primaria de la expresión humana y de la cultura, como la que
conforma el arte visual, o la plástica, todas las respuestas sobre su propio
funcionamiento social (que en muchos casos es extremadamente comercial) y sus
propios circuitos, sean tan elitistas. Y no digo solamente en el sentido
del comprador. Elitistas entre los propios artistas que se critican entre
ellos. Sobre todo me hace mucho ruido que en el imaginario social se piense que
puede saber de todo y comprar de todo, música, literatura, futbol, cocina, pero
arte plástico no. Salvo que seas de Bellas Artes.
Entonces quise hacer algo con eso,
y la suerte me llevó a convocar a dos grosos, que entienden del tema desde
adentro, con los que redactamos punto por punto el proyecto IMPARES y lo
laburamos con el cuerpo también. Alfil y Lucía Fioriti (la Fioriti) que son
unos genios. Él es dibujante y ella escenógrafa y son dos capos artistas, que
expusieron también. A ésta altura del año ya hicimos unas cuantas expos y
variettés, y el otro día hicimos la presentación del grupo con la muestra colectiva
en la Alborada, que estuvo buenísima. Estamos muy contestas y contentos de este
proyecto, queremos generar un lugar para los y las artistas de nuestra ciudad.
El contacto es lo más lindo.
Yo soy comunicadora. Y fíjate que
en esta ciudad de música te hablan hasta los tilos y van a todos los bares y
recitales, y el teatro, está produciendo bastante. Pero la plástica no, o no
produce para un público externo a su mundillo. Nosotros queremos salir de ahí.
Romperlo para que venga todo el mundo a conocer a los artistas y a comprar sus
obras para tener es sus casas, nos preguntamos ¿Cuántas agendas culturales
promocionan eventos de arte exposiciones que sean propiamente de las galerías o
museos? Yo pienso… ¿Sabes lo que sería La Plata si explotara realmente todo su
potencial artístico? Incluso para el turismo…
OV: ¿A qué refieren con el
ideal de que todas las personas “podemos asistir al arte plástico”?
Belén: A eso mismo. Es lo que planteamos en el proyecto y en
nuestros textos que andan circulando por la página de Facebook. Parte del
sentido de que cualquier obra pasa por la emotividad y el gusto. Dos cosas re
sencillas. Hace unos meses me obsesioné en buscar a una especie de culpable a
todo este prejuicio sobre el arte, y al culpable de la máquina de sobre-comercializar
para una élite y encontré la teoría del gusto de Hume. Una pavada. Una lista de
condiciones que pensó el tipo, que de alguna manera sigue operando. Obviamente
el arte opera con los cinco sentidos. Pero no de una sola manera, ni con los 5
a la vez, que se yo o capaz que sí. Pero no necesariamente. En el arte nada es
determinante…. Como una serie de condiciones que hay que tener para ser un buen
crítico o para tener buen gusto. Vos cuando vas al teatro, a un recital o lo
que sea, ¿esperas tener buen gusto o esperas que te guste? Eso. Cualquiera
puede disfrutar de una obra de arte. Siempre y cuando le guste y disfrute de
hacerlo o de investigarla. Obviamente que es un soporte diferente, hay una
manera de percibirla y un montón de respuestas distintas. Tantas como
espectadores. Pero no quiere decir que no cualquiera tenga la capacidad de
asistir a una muestra y ver qué hay, interesarse, tratar de jugar a las
deducciones y a las seducciones con algo de lo que no tenés por qué saber, ni
conocer de ante mano. En todo caso todo puede ser completado.
Una vez, entrevistando a un
músico de jazz de acá de La Plata me dijo eso: “El problema es cuando
la gente quiere adivinar lo que vos estás haciendo y no disfruta”, parece que
quiere competir con el artista en lugar de liberarse y tratar de interpretar un
mensaje, que no tiene por qué ser uno sólo tampoco. No se trata de cosa.
Yo estoy en desacuerdo con casi
todas las teorías sobre el espectador de arte que hablan de esa distancia, de
esa cosa intelectual y de que hay que estar llenos de conceptos estudiados para
poder comprender. El otro día en la inauguración, en un momento miraba y había
un montón de gente mirando. Y la idea es esa, que la vea todo el mundo.
Creo que lo que hace el circuito
del arte, sobre su potencial público, es generar esa sensación que tenés cuando
vas a buscar el primer trabajo, y te piden experiencia previa, y pensas que así
jamás va a poder conseguir nada. Entonces ni buscas, ni te presentas a la
entrevista. Para conocer de arte, hay que ir a ver arte. Y no tiene por qué
estar en una galería re pacata. Puede. Y está buenísimo también eso. Pero no
tiene por qué ser solamente eso.
OV: ¿Qué es para ustedes trabajar desde la autogestión? ¿Cómo llevan a
cabo estas actividades?
Belén: Es mover algo por un interés propio. Generando nuestras
propias vías de financiamiento. Que, por ahora, son nuestros bolsillos, la onda
de la gente de los centros culturales, y de la vinería. Hemos invertido tiempo,
trabajo y cuerpo, neurona, para ver cómo hacemos y en qué momento las cosas.
Pero está re bueno. Estamos bastante organizadas y organizados, nos reunimos a
menudo, hablamos casi todos los días y cada uno tiene un rol fundamental. La
idea es, de todas maneras, en ésta primera etapa de IMPARES, instalarnos, que
nos conozcan, generar confianza en los artistas como gestores culturales o
promotores, y activar espacios para generar una pequeña masa de público. Y
después vender arte, generar laburo para los y las artistas, organizar ferias,
muestras, showrooms, lo que sea. Que la gente nos reconozca vaya y busque. Puede
haber cosas más temáticas, o más decorativas. La idea es que sea amplio.
La autogestión cuesta mucho. Pero
creo que es la única manera de arrancar un proyecto independiente. O
casualmente es la manera en la que arrancan. Porque si arrancás dependiendo
estás al horno. Eso primero. Después no descartamos laburar con publicidad, el
canje, los créditos para artistas de las instituciones, siempre y cuando no
deformen el proyecto.
OV: ¿Qué significado tiene
para ustedes reconocer a los y las artistas como trabajadores y trabajadoras,
en esta idea de incentivar el consumo?
Belén: El sentido es instalar esa idea y explotarla. Porque sino el
artista que quiere ser artista, que es artista, es artista para sí mismo en el
taller, o para sus amigos, y es trabajador del arte cuando da clases nada más,
cuando es docente y no me parece que esté bueno. Que tenga que ser así, tan
polarizado el asunto. La gente gasta un montón de guita en reproducciones
pésimas o en cuadros malos de bazar, ¿No sería mejor comprar algo auténtico?
¿Poder conversar con la persona que lo hizo? Elegirlo entre otros. Esa es la
experiencia artística también. Arriesgarse a comprar, elegir el argumento. Es
cómo que hay dos partes. No es sencillo que la gente compre. Pero tampoco sé si
es tan difícil. Porque lo cierto que muchos y muchas artistas tampoco venden, entonces
es como un círculo vicioso. Tampoco hay difusión, ni prensa, ni nada. Pero hay
gente que consume arte y le interesa. Es algo cultural. Yo creo que, si hay una
continuidad de trabajo y se buscan las maneras, puede pasar algo re
interesante. No sé si para absolutamente todos los y las artistas, pero para
muchos es una posibilidad. Algunos están exponiendo o produciendo, por el
impulso de IMPARES, y hacía un montón que no lo hacían, o nunca habían expuesto
y producían cosas re piolas.
Se trata de valorar el trabajo creativo. Porque todo bien con el romanticismo y la
inspiración. Pero son trabajadores y trabajadoras. Están formados. Formal o
informalmente. El arte es una profesión y es un oficio. Como el periodismo, la
escritura, tantas cosas.
OV: ¿Qué implica entender al proyecto desde lo comunicacional y
artístico?
Belén: Esta es una muy buena pregunta. Porque tenemos que hacer la
aclaración. Desde ya que el arte visual es comunicación. Decir arte y
comunicación es, de hecho, una redundancia. Lo hablamos mucho. Yo vengo de la
Ciencia de la comunicación y los chicos también, pero del palo del Arte. Por
eso decidimos cambiarlo puntualmente a Arte y Difusión. La difusión tiene que
ver precisamente con dar a conocer ampliamente y promocionar, promover algo de
forma masiva. Comunicación no necesariamente. En ese espacio entre una persona
y una obra se genera comunicación, porque hay producción de sentido, pero no hay
difusión. Entonces ahí está.
OV: En los últimos tiempos se ha vivido en la ciudad de La Plata la
clausura de distintos espacios culturales ¿Cuál es el análisis que hacen el
respecto? ¿Qué tipo de políticas públicas creen necesarias para promover la
participación de artistas independientes?
Belén: ¿Análisis? Y, no es tan complicado. Estamos en un gobierno
que está “sincerando”, vaya a saber qué, de la economía a nivel nacional, provincial
y municipal. Recorta, para tapar deudas supuestamente. La cultura no genera
ingresos. La cultura no genera ganancia, casi nunca. La excepción son las
grandes productoras, que nunca están solas. En general pertenecen a un
multimedio y viven de la publicidad no del producto cultural.
La cultura y el arte producen
capital simbólico en un 70 u 80%, por eso muchísimas de las actividades están
subvencionadas por el Estado, incluso actividades privadas, con líneas de crédito
y demás, así que imaginate. Para el neoliberalismo no es nada. Vas a pérdida de
cabeza. No tiene sentido, ni razón de ser.
Respecto a las políticas
públicas, me parece que hay que explotar las que hay. Defenderlas, para eso hay
que usarlas. Los créditos, las becas, lo que sea que haya. Exigirlas. Nosotros y
nosotras criticamos lo que pasó en la última Feria de Arte Contemporáneo, así
le pusieron, en el Teatro Argentino. Ahí
se alquilaban los stands a artistas de capital, de cualquier lado, menos a los
artistas locales, donde el municipio generó lucro con el espacio público.
Nuestra política igual, viene por
otro lado, por el lado de no ir a lo estatal directamente, o a lo establecido.
E ir por lo “alternativo”, buscar nuestros propios espacios y de cualquier
sucucho poder hacer más que en una galería.
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