jueves, 16 de junio de 2016

Queremos generar un lugar para los y las artistas de nuestra ciudad

Otro Viento dialogó con “Impares” una incipiente productora de eventos de Arte Plástico de la ciudad de La Plata. Este proyecto comenzó a fines del año pasado como apuesta a romper con “el arte para pocos y pocas”, y con el objetivo de popularizar e incentivar su acceso. Un espacio que encuentra a distintos proyectos de jóvenes artistas, apostando a la autogestión y construcción por fuera del acceso elitista del arte.

Impares es llevado a cabo por Belén Nieto Martínez, Lucia Fioriti y Cristian Torres. 

OV: ¿Cómo y cuándo surge el proyecto “IMPARES”?

Belén: IMPARES se junta a fines del año pasado, por noviembre más o menos. No me acuerdo. Probablemente fue charlado antes. Arranca por un delirio mío. Terminé de cursar la Especialización de Periodismo cultural que ofrece la Facultad de Periodismo de la UNLP y durante todo el año, tuve y tengo dando vueltas pensamientos sobre el concepto de “alternatividad” en el arte. En principio lo pensaba mucho más ligado a la música, que es el laburo que quiero hacer de base, acá en La Plata. Sobre qué es lo que hace que un objeto o producto artístico sea “alternativo”, ¿Alternativo a qué? ¿En comparación con qué? Un término tan utilizado que no ha sido casi definido teóricamente, ni tan investigado…
Cursando algunos seminarios de arte contemporáneo y sociología del arte, algunas lecturas, y después de un par de cafés filosóficos delirantes, me interesé un montón en esa otra parte del arte y la cultura. Sobre todo, porque me hace muchísimo ruido que en una forma tan primaria de la expresión humana y de la cultura, como la que conforma el arte visual, o la plástica, todas las respuestas sobre su propio funcionamiento social (que en muchos casos es extremadamente comercial) y sus propios circuitos, sean tan elitistas. Y no digo solamente en el sentido del comprador. Elitistas entre los propios artistas que se critican entre ellos. Sobre todo me hace mucho ruido que en el imaginario social se piense que puede saber de todo y comprar de todo, música, literatura, futbol, cocina, pero arte plástico no. Salvo que seas de Bellas Artes.
Entonces quise hacer algo con eso, y la suerte me llevó a convocar a dos grosos, que entienden del tema desde adentro, con los que redactamos punto por punto el proyecto IMPARES y lo laburamos con el cuerpo también. Alfil y Lucía Fioriti (la Fioriti) que son unos genios. Él es dibujante y ella escenógrafa y son dos capos artistas, que expusieron también. A ésta altura del año ya hicimos unas cuantas expos y variettés, y el otro día hicimos la presentación del grupo con la muestra colectiva en la Alborada, que estuvo buenísima. Estamos muy contestas y contentos de este proyecto, queremos generar un lugar para los y las artistas de nuestra ciudad. El contacto es lo más lindo.
Yo soy comunicadora. Y fíjate que en esta ciudad de música te hablan hasta los tilos y van a todos los bares y recitales, y el teatro, está produciendo bastante. Pero la plástica no, o no produce para un público externo a su mundillo. Nosotros queremos salir de ahí. Romperlo para que venga todo el mundo a conocer a los artistas y a comprar sus obras para tener es sus casas, nos preguntamos ¿Cuántas agendas culturales promocionan eventos de arte exposiciones que sean propiamente de las galerías o museos? Yo pienso… ¿Sabes lo que sería La Plata si explotara realmente todo su potencial artístico? Incluso para el turismo…


OV: ¿A qué refieren con el ideal de que todas las personas “podemos asistir al arte plástico”?

Belén: A eso mismo. Es lo que planteamos en el proyecto y en nuestros textos que andan circulando por la página de Facebook. Parte del sentido de que cualquier obra pasa por la emotividad y el gusto. Dos cosas re sencillas. Hace unos meses me obsesioné en buscar a una especie de culpable a todo este prejuicio sobre el arte, y al culpable de la máquina de sobre-comercializar para una élite y encontré la teoría del gusto de Hume. Una pavada. Una lista de condiciones que pensó el tipo, que de alguna manera sigue operando. Obviamente el arte opera con los cinco sentidos. Pero no de una sola manera, ni con los 5 a la vez, que se yo o capaz que sí. Pero no necesariamente. En el arte nada es determinante…. Como una serie de condiciones que hay que tener para ser un buen crítico o para tener buen gusto. Vos cuando vas al teatro, a un recital o lo que sea, ¿esperas tener buen gusto o esperas que te guste? Eso. Cualquiera puede disfrutar de una obra de arte. Siempre y cuando le guste y disfrute de hacerlo o de investigarla. Obviamente que es un soporte diferente, hay una manera de percibirla y un montón de respuestas distintas. Tantas como espectadores. Pero no quiere decir que no cualquiera tenga la capacidad de asistir a una muestra y ver qué hay, interesarse, tratar de jugar a las deducciones y a las seducciones con algo de lo que no tenés por qué saber, ni conocer de ante mano. En todo caso todo puede ser completado.
Una vez, entrevistando a un músico de jazz de acá de La Plata me dijo eso: “El problema es cuando la gente quiere adivinar lo que vos estás haciendo y no disfruta”, parece que quiere competir con el artista en lugar de liberarse y tratar de interpretar un mensaje, que no tiene por qué ser uno sólo tampoco. No se trata de cosa.
Yo estoy en desacuerdo con casi todas las teorías sobre el espectador de arte que hablan de esa distancia, de esa cosa intelectual y de que hay que estar llenos de conceptos estudiados para poder comprender. El otro día en la inauguración, en un momento miraba y había un montón de gente mirando. Y la idea es esa, que la vea todo el mundo.
Creo que lo que hace el circuito del arte, sobre su potencial público, es generar esa sensación que tenés cuando vas a buscar el primer trabajo, y te piden experiencia previa, y pensas que así jamás va a poder conseguir nada. Entonces ni buscas, ni te presentas a la entrevista. Para conocer de arte, hay que ir a ver arte. Y no tiene por qué estar en una galería re pacata. Puede. Y está buenísimo también eso. Pero no tiene por qué ser solamente eso.


OV: ¿Qué es para ustedes trabajar desde la autogestión? ¿Cómo llevan a cabo estas actividades?

Belén: Es mover algo por un interés propio. Generando nuestras propias vías de financiamiento. Que, por ahora, son nuestros bolsillos, la onda de la gente de los centros culturales, y de la vinería. Hemos invertido tiempo, trabajo y cuerpo, neurona, para ver cómo hacemos y en qué momento las cosas. Pero está re bueno. Estamos bastante organizadas y organizados, nos reunimos a menudo, hablamos casi todos los días y cada uno tiene un rol fundamental. La idea es, de todas maneras, en ésta primera etapa de IMPARES, instalarnos, que nos conozcan, generar confianza en los artistas como gestores culturales o promotores, y activar espacios para generar una pequeña masa de público. Y después vender arte, generar laburo para los y las artistas, organizar ferias, muestras, showrooms, lo que sea. Que la gente nos reconozca vaya y busque. Puede haber cosas más temáticas, o más decorativas. La idea es que sea amplio.
La autogestión cuesta mucho. Pero creo que es la única manera de arrancar un proyecto independiente. O casualmente es la manera en la que arrancan. Porque si arrancás dependiendo estás al horno. Eso primero. Después no descartamos laburar con publicidad, el canje, los créditos para artistas de las instituciones, siempre y cuando no deformen el proyecto.


OV: ¿Qué significado tiene para ustedes reconocer a los y las artistas como trabajadores y trabajadoras, en esta idea de incentivar el consumo?

Belén: El sentido es instalar esa idea y explotarla. Porque sino el artista que quiere ser artista, que es artista, es artista para sí mismo en el taller, o para sus amigos, y es trabajador del arte cuando da clases nada más, cuando es docente y no me parece que esté bueno. Que tenga que ser así, tan polarizado el asunto. La gente gasta un montón de guita en reproducciones pésimas o en cuadros malos de bazar, ¿No sería mejor comprar algo auténtico? ¿Poder conversar con la persona que lo hizo? Elegirlo entre otros. Esa es la experiencia artística también. Arriesgarse a comprar, elegir el argumento. Es cómo que hay dos partes. No es sencillo que la gente compre. Pero tampoco sé si es tan difícil. Porque lo cierto que muchos y muchas artistas tampoco venden, entonces es como un círculo vicioso. Tampoco hay difusión, ni prensa, ni nada. Pero hay gente que consume arte y le interesa. Es algo cultural. Yo creo que, si hay una continuidad de trabajo y se buscan las maneras, puede pasar algo re interesante. No sé si para absolutamente todos los y las artistas, pero para muchos es una posibilidad. Algunos están exponiendo o produciendo, por el impulso de IMPARES, y hacía un montón que no lo hacían, o nunca habían expuesto y producían cosas re piolas.
Se trata de valorar el trabajo creativo.  Porque todo bien con el romanticismo y la inspiración. Pero son trabajadores y trabajadoras. Están formados. Formal o informalmente. El arte es una profesión y es un oficio. Como el periodismo, la escritura, tantas cosas.


OV: ¿Qué implica entender al proyecto desde lo comunicacional y artístico?

Belén: Esta es una muy buena pregunta. Porque tenemos que hacer la aclaración. Desde ya que el arte visual es comunicación. Decir arte y comunicación es, de hecho, una redundancia. Lo hablamos mucho. Yo vengo de la Ciencia de la comunicación y los chicos también, pero del palo del Arte. Por eso decidimos cambiarlo puntualmente a Arte y Difusión. La difusión tiene que ver precisamente con dar a conocer ampliamente y promocionar, promover algo de forma masiva. Comunicación no necesariamente. En ese espacio entre una persona y una obra se genera comunicación, porque hay producción de sentido, pero no hay difusión. Entonces ahí está.


OV: En los últimos tiempos se ha vivido en la ciudad de La Plata la clausura de distintos espacios culturales ¿Cuál es el análisis que hacen el respecto? ¿Qué tipo de políticas públicas creen necesarias para promover la participación de artistas independientes?

Belén: ¿Análisis? Y, no es tan complicado. Estamos en un gobierno que está “sincerando”, vaya a saber qué, de la economía a nivel nacional, provincial y municipal. Recorta, para tapar deudas supuestamente. La cultura no genera ingresos. La cultura no genera ganancia, casi nunca. La excepción son las grandes productoras, que nunca están solas. En general pertenecen a un multimedio y viven de la publicidad no del producto cultural.
La cultura y el arte producen capital simbólico en un 70 u 80%, por eso muchísimas de las actividades están subvencionadas por el Estado, incluso actividades privadas, con líneas de crédito y demás, así que imaginate. Para el neoliberalismo no es nada. Vas a pérdida de cabeza. No tiene sentido, ni razón de ser.
Respecto a las políticas públicas, me parece que hay que explotar las que hay. Defenderlas, para eso hay que usarlas. Los créditos, las becas, lo que sea que haya. Exigirlas. Nosotros y nosotras criticamos lo que pasó en la última Feria de Arte Contemporáneo, así le pusieron, en el Teatro Argentino.  Ahí se alquilaban los stands a artistas de capital, de cualquier lado, menos a los artistas locales, donde el municipio generó lucro con el espacio público.

Nuestra política igual, viene por otro lado, por el lado de no ir a lo estatal directamente, o a lo establecido. E ir por lo “alternativo”, buscar nuestros propios espacios y de cualquier sucucho poder hacer más que en una galería.

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