miércoles, 6 de abril de 2016

La yuta tranza. Todos tranzan

El viernes pasado, personal de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense encontró en la sede de la Jefatura Departamental La Plata 36 sobres que contenían un total de 153.700 pesos argentinos.


Al parecer, el operativo tendría origen en una denuncia anónima formulada ante la fiscalía a cargo de Marcelo Martini, donde se habría hecho referencia a que en el edificio policial mencionado, ubicado en calle 12 entre 60 y 61, circularían sobres con enormes sumas de dinero.

También se dice que varios sobres estarían rotulados con el nombre de distintas dependencias policiales de la zona. Ahora, la cuestión pasaría por determinar el origen de esa suma de dinero. En ese camino, todo indicaría que su procedencia es ilícita.

Algunas pistas sugieren que ese dinero provendría del manejo fraudulento de las horas Polad (prestación de servicios adicionales en custodia de espectáculos deportivos, bancos, etc.) donde, a su vez, estaría implicado Patricio Masana, el suboficial detenido por el asalto a la ostentosa casa del intendente de La Plata, Julio Garro.

Asimismo, otros indicios ubican la procedencia del dinero en el gerenciamiento de los negocios ilícitos por parte de la Policía Bonaerense. 

En principio, la presencia de sobres provenientes desde distintas comisarías hacia la Jefatura Departamental, a cargo de Darío Camerini, dejaría al descubierto una estructura piramidal donde las distintas seccionales policiales van pasando el dinero “hacia arriba” y pareciera que la instancia de la Jefatura no es la última…

A su vez, hay varias cuestiones que no deben soslayarse. Por un lado, la avanzada del gobierno provincial contra la Policía Bonaerense se enmarca en la intención de llevar adelante una reforma policial, para ejercer un mayor control y, presumiblemente, tener una mayor participación en la caja de una de las fuerzas policiales más grandes de Latinoamérica. Detrás de la reforma policial, hay un reacomodamiento.

Por otro, que de las economías ilegales no sólo comen policías, sino también fiscales y jueces/zas, lo cual dificulta aún más el panorama; y además, si los/as funcionarios/as no están salpicados/as por lo que se investiga, en muchas ocasiones, sirven como punta de lanza de los intereses políticos del gobierno de turno a cambio de distintas prebendas.

Lo hallado en los distintos sobres no puede significar más que una cuota de la distribución entre la Policía Bonaerense, el Poder Judicial y la dirigencia política de lo recaudado a partir de la regulación del narcotráfico, la trata de personas, los desarmaderos, y otros negocios controlados por la fuerza policial que encabeza el ranking de gatillo fácil a nivel nacional.

Por Colectivo Cultural Otro Viento



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