viernes, 22 de enero de 2016

Por el camino de Evo



Algunos de nosotros hemos tenido la posibilidad de viajar al país hermano Bolivia, con amigos, con familia, y así poder recorrer algunos de los paisajes más lindos de Latinoamérica. En estos últimos años, la idea de poder informarse más de cerca sobre la situación social de Bolivia también ha sido uno de los objetivos de muchos viajantes. Otro Viento visito las tierras bolivarianas, en donde conoció al presidente boliviano y uno de los líderes sociales del cambio latinoamericano: Evo Morales Ayma.


Parecía un mediodía normal en la localidad de Sorata, ubicada al Norte de Bolivia, tan solo a 4 horas de La Paz. Pero no lo era. El presidente de la República visitaba el pequeño y hermoso pueblo rodeado de montañas y encajado en medio de la selva, bajo una lluvia casi constante. En la cancha de césped sintético donde se organizaba el escenario, se iban acercando cada vez más y más pueblerinos entremezclados con viajeros de todos los países. Evo se presentaba a las 14 horas para inaugurar la primera cancha de futbol sobre césped sintético del pueblo, del tamaño de una cancha regular. El Presidente comenzó un discurso enmarcado en la situación actual de su país, en el marco de una inauguración de una cancha que se dio gracias al financiamiento del programa “Bolivia Cambia, Evo Cumple”, y es allí donde el presidente boliviano genero hincapié, ya que se refirió al proceso de avance que se está dando hoy en día en Bolivia. En este punto, Evo remarco también la importancia de la nacionalización por la que ha atravesado Bolivia, y es allí donde se sostienen todas las nuevas construcciones que se están dando alrededor del país.
Pero no todo el acto de Evo fue un discurso. Una de las tradiciones de estos actos es que al estrenar una cancha de futbol, Evo disponga un rato de su tiempo para jugar un partido de fútbol entre amigos y compañeros. La primera idea era disputar el partido en la cancha estrenada, pero debido a la lluvia el evento debió trasladarse al polideportivo de Sorata, donde se encuentra una cancha de básquet con dos arcos de fútbol.  El equipo del Presidente era un combinado entre amigos suyos (casualmente todos muy buenos futbolistas), y el equipo contrario era un combinado del pueblo, repleto de jóvenes soratenses dispuestos a dejar la vida en cada pelota. Y así fue el partido. A los jóvenes nunca les tembló el pulso a pesar de tener en frente al mismísimo Presidente, y en unas cuantas ocasiones se dieron el gusto de tirarle alguna gambeta. De todas formas el equipo del presidente se impuso en el marcador por una diferencia de 6 goles. Evo no pudo convertir, pero el sacrificio dejado en la cancha fue incuestionable, aunque su estado físico demuestre todo lo contrario a un jugador de fútbol.
Pero sin dudas lo más destacable son las costumbres del pueblo ante estos eventos. Una de las cosas más llamativas, fue que Evo nunca necesito a un personal de seguridad a su lado. Morales caminaba solo por todos los rincones, dispuesto a saludar a cualquier persona que se le acercase. Así es como nos saludó a nosotros, e intercambio algunas palabras. Lamentablemente se encontraba muy cansado luego del partido, y por eso no se pudo elaborar una charla más fluida, pero pudimos dejarle nuestros saludos (y también una de las revistas).
Cuando Evo ya se había ido, todos pensábamos que el evento había terminado. Pero nos encontramos con otra tradición de la cultura boliviana. En el polideportivo donde se había disputado el partido, los pueblerinos que se habían acercado al evento comenzaban a desplegar bolsas y bolsas de comida. Se organizó un almuerzo comunitario, en el cual todos los alimentos (que eran varios) se colocaban en una mesa o en unos manteles en el suelo y cada persona que gustase podía acercarse a comer en comunidad. Sin lugar a dudas fue un cierre hermoso para un gran evento, lleno de tradición y de mucha calidez por parte del pueblo de Sorata.


Andrés Augusto -

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