jueves, 3 de diciembre de 2015

Mientras tanto en la vida cotidiana

-Nota elaborada en Diciembre de 2014-

Último mes del año, el último esfuerzo al cuerpo, a la mente y al alma, los exprimimos como a una naranja para jugo, se viene la recargada de energías que implica que un nuevo año va a empezar. Es como un fin de día de todos los días, pero multiplicado por infinito. Pero claro, lo que se toma un parate no es la vida cotidiana, sino las responsabilidades de la vida cotidiana, así que acá hay para contar otra nueva historia en esta sección, tratando de insistir en la importancia de las pequeñas cosas que suceden en la calle, todos los días.
De un momento para el otro, la tranquilidad dominguera del Parque Saavedra con las familias tomando mates, nenas y nenes corriendo y el infaltable picadito, se vio interrumpida por la llegada de un grupo muy numeroso de personas, que iban dejando sus mochilas en el piso, y su intención no era quedarse quietos, "es una concentración de cirquerxs, que se explota afuera con la gente, todo lo que aprendiste lo llevas a la comunidad, lo transmitís", me cuentan.
Este grupo de gente llegó de la 3ra Convención de Circo y Artes del palo de La Plata, que se desarrolló en camping de A.T.S.A en los alrededores de la ciudad, "este es el tercer año de la convención, y es un sueño hecho realidad, son cuatro días donde cirquerxs de varios países se acercan a tomar o dar talleres, presentar números y compartir experiencias entre todxs", explica una de las compañeras agregando que todo termina el domingo en la varieté callejera, que de por si dice mucho del circo.
La varieté arranca a medida que van llegando todxs, mientras se arma el escenario de lo que va a ser el espectáculo más formal, las personas que estaban en la convención empiezan a tirar malabares, se ven a otros haciendo acrobacias, circo del más variado.
Mientras todo sucedidía, les pregunté qué sentido tiene hacer circo para ellxs, a lo que me contestaron que "es una forma de expresar lo que sentimos, y al compartirlo expresar diversión, también está bueno como se rompen estructuras propias y en el otro, cuando sacás una sonrisa está buenísimo, a la vez es una meditación, te desconecta" comenta una compañera, a lo que otra suma que: “Es una forma de divertirse, de jugar, de alimentar en niño que llevan dentro, que muchas veces queda olvidado”. También agregan que el circo es una combinación piola entre juego y disciplina.
Ya pasado un rato, por los parlantes se anuncia el comienzo del espectáculo en el escenario, más allá de todo el show ya descrito, la gente de la plaza se junta aún más formando un semicírculo alrededor de donde está ubicado el escenario.
Lxs chicxs nos cuentan que hacer espectáculos callejeros tiene eso de la improvisación, que la gente no se lo espera y está bueno jugar con eso. “Lo bueno de hacer circo en la calle es que llegas a todxs, no tenés barreras económicas, si tenés lo podes ver y sino tenés también”, nos cuentan agregando que de todas maneras, destacan la importancia de que se valore lo que hacen, “desde un espectáculo armado hasta laburar en un faro, se lo compartimos a todxs, pero aquel que puede que ponga en la gorra”.
Sucede que el expresar tu arte en la calle e intentar vivir en el espacio público, tiene sus mambos, desde el intercambio con otra gente, como con la autoridad que hace privado el espacio público, “me paso que me metieron presa 8 días por laburar en un faro”, cuenta una de las chicas mientras que otro compañero agrega: “A mí una vez me tiraron el auto encima”. Pero no todo es malo, y de ello también se acuerdan los compañerxs, “recibís muchas sonrisas, sobre todo de lxs nenxs porque les transmitís el juego, pero también de la gente grande, y ellxs te apoyan”.
Se va haciendo de noche, el show va terminando así como también la historia, con la intención de aportar a que no se pierda nunca la capacidad de impresión y de sorpresa, de divertirnos con lxs otrxs de todos los días, de esas pequeñas cosas que están al alcance de todxs. La vida ficticia de la tele, lejos está de la vida real y en esta última es en la que tenemos que encontrarnos, y compartir en la calle, nuestro espacio que también nos quieren quitar.
Por Juan Fernández

No hay comentarios:

Publicar un comentario