Cruzando el Charco (CEC) nació con “Perdonar” -su primer álbum- y hoy revienta “Desde Adentro”, con el nuevo disco de la banda platense que acaba de cumplir los dos años de vida y varios sueños de un saque. Tocaron con los mejores, hicieron bailar a más de unos cientos en diversos escenarios de la ciudad e invitaron a enormes artistas para la producción del disco en Eco Estudios, que con Sebastián Perkal en la producción, dieron a luz hace menos de un mes, y promete llenarlos de emociones por mucho tiempo de acá en más.
Cruzaron la calle para Plaza Moreno saltando los charcos para llegar a buscar unas entradas, con la lluvia que decidió adornar el día de la previa. Una maratón de entrevistas en la radio, televisión, portales gráficos, y etcéteras conmemoraron las 24 horas previas al día D. Los miembros de CEC se tomaron ese viernes de franco en sus respectivos trabajos, porque necesitaban meterle “prensa” a la que se venía: presentarían el nuevo disco “Desde Adentro” el sábado 22 de noviembre en El Estudio Bar de la ciudad de La Plata.
Desde el encuentro con los charqueros se valió hablar de una cosa: de música. Los pibes se iban poniendo verborrágicos, y relataban sus últimos shows, las experiencias con los amigos de otras bandas y las expectativas con el recital que se les venía encima, que prometía aunar la espera, la alegría y los nervios, en dos horas de pura adrenalina musical.
“Estamos desde la diez de la mañana de gira por todos lados. Ahora en un rato hacemos tele y se viene el recital, mañana”. Con las cejas arriba y cierto dejo adrenalínico, Francisco Lago daba cuentas de la que están atravesando hoy. Es el líder natural de la banda, la voz principal y el responsable de ponerle letra a la música en casi todo el repertorio del conjunto. El tipo tiene la mirada punzante y te impone su andar tanto arriba como abajo del escenario. Parió la música desde pibe y en este álbum, puso en crisis la mitad de las cosas que definieron su existencia cotidiana y casi toda su humanidad. Su viejo, la muerte, su hijo Bauti y la vida, sus mambos, la soledad cruzándolo en cada estrofa y los excesos, la euforia del aguante, y las ganas de más.
CEC se compone por siete artistas de distinta edad, idiosincrasia, orientación política o social, pero con un puente sólido en común: el amor a la música y la libertad, en género y mixturas, en heterogeneidad sonora y estilística, metiendo bajo a morir y trompetas descollantes. La banda en su conjunto entiende la libertad de creación como norte de prosperidad.
¿Cuándo entendieron que CEC iba a ser la prioridad?
Nahuel: CEC es prioridad número uno desde el primer recital. Nunca había sentido tanto calor y fanatismo en mi vida; no lo había visto en otros proyectos y ni siquiera lo había vivido como público de otras bandas.
Nahuel Piscitelli es el responsable de lo que pasa en guitarra, programaciones y coros, y es sin dudas la otra cara responsable del proyecto charquero, de la puesta en escena, el agite y la emoción. Los ojos se le agigantan de frenesí junto con la sonrisa, intentando explicar lo que representa el proyecto de la banda en su presente y futuro.
N: A mí me pasa con CEC que es el proyecto más profesional que tuve hasta el momento. Me elevó y me hizo interesarme por cosas nuevas, caso publicidad, la radio, las notas, que hasta acá no le había dado la relevancia que en verdad tienen.
Francisco: En lo personal, la música es prioridad para mí hace ya diez años. Primero con Se Va el Camello y después con Enfrascos, entendí que esto era lo que quería hacer y disfruto mucho de desnudarme, en el buen sentido -o en todos los que quieran- en el escenario, y sea corto o largo el recital, son esos minutos, el rato que tengo para dejar todo de mí ahí. La pregunta sobre cuánto le pongo a la banda y cuánto al laburo, creo que es la pregunta que nos hacemos todos los días. Por ejemplo hoy, me pedí el día en el laburo y espero que no me peguen una patada en el orto -las risas de todos detuvieron el relato- porque aún si bien la banda aporta y ayuda, no somos una banda que ya está tocando tan seguido como para que sea lo único y bueno, estamos esperando que nos pase eso, como hoy les pasa a nuestros amigos de Jeites, y poder vivir tocando.
¿Cómo se lleva la banda? ¿Se dan el tiempo para hablar y poner en común cómo se sienten?
F: No tanto como quisiéramos. La banda se lleva bien, pero hemos tenido mejores momentos. Hoy es todo tan adrenalínico, que cuesta dividir las tareas y que sea equitativo para todos. Tenemos momentos mejores y peores, como todo grupo de trabajo. Hoy ensayamos, entrevista, ensayo de vuelta, y no nos damos todo el tiempo que deberíamos para hablar.
N: También pasa eso porque nos corre el vértigo del nuevo disco, y de la presentación de mañana, que demanda mucho tiempo y dedicación.
¿Toman dimensión del crecimiento de CEC?
F: Todos los días nos sorprendemos con lo que nos va pasando. Como nos pasó con mi referente, Juan Subirá de la Bersuit, hoy nos vemos juntándonos a tocar con ellos, y son pequeños sueños que se cumplen. Antes decíamos “yo quiero algún día tocar con tal” y hoy lo hicimos, y vamos cumpliendo sueños, y buscando sueños nuevos.
N: Ahí ves que los sueños nunca se te acaban, siempre hay más.
F: Nos pasó que al principio queríamos sonar en una radio, y después en una más importante, y nos pasa hoy día que radios que pensamos que íbamos a tener que pagar para que pasen un tema nuestro, hoy usan una cortina de CEC. Son esas pequeñas cosas nuevas que nos hacen tan bien, como cruzarte a alguien en la calle y te reconozca que lo que haces está bien.
N: Yo de a poco le voy sacando la teca al asunto, y creo que hablamos de cosas tan internas nuestras y que son tan de todos al mismo tiempo, que de alguna manera logramos en un solo tema, estar en el centro.
La banda planifica la gira por México para el verano: 14 días, 12 ciudades y un videoclip. Por si no lo habíamos entendido hasta acá, el conjunto no planifica tener fronteras. Sólo divisan enormes horizontes.
SOBRÓ CARAVANA
El Estudio Bar se inyectó de remeras de la banda, cerveza y entusiasmo frente a la noche de sábado que más de uno llevaba semanas imaginando. La lluvia paró y el calor los encontró a ellos y a todos saltando con “Laburar”; el corte del nuevo disco que abrió el recital más esperado de todos para Francisco, Nahuel, Juan Martín, Juan Matías, Ignacio, Matías y Sebastián.
Con la voz bien arriba Fran fue entrando en calor. Revoleó los ojos para un lado y la cabeza para el otro como un lunático de televisión, y fue apareciendo en escena alguien con un dejo de Ciro y de La Bersuit, un cumbiero y un rockstar, un artista de la fiesta y un dramaturgo en niveles altos de intensidad, acompañado por la interpretación desgarrada y sorprendente de Nahuel, que no escatima en entrega ni en un solo segundo de show.
Variando en mezcla con lo nuevo y lo de siempre, lograron meter lo que en el nuevo disco aparece como “Bonus” y es sin dudas lo que rompe por lo denso y complejo con todo el repertorio: el tema “Un disparo”, invitó a todos al silencio y al respeto emocionante, colectivo.
F: Es un tema que yo escribí de mi viejo, que lo perdí de muy chiquito. La canción iba dedicada a él. La letra en un momento para ablandar un poco decía “nena” y el productor me dice: “mira, la canción no está escrita para una nena, claramente” y le dije: “no, es para mi viejo”, y él ahí me hizo entender que en parte era para mi vieja también, como si fuese una carta de despedida, y me dijo: “te voy a pedir algo sabiendo que es medio inhumano. Quiero que le cambies la palabra “nena” por “vieja”, y que sientas que te estás despidiendo”. Y así lo hice, y cuando me tocó cantarla en el estudio, la garganta se cerró, se cortó, y salió con el llanto y demás. Cuando me repuse un poco le dije que vayamos con otra toma y me respondió que no, que esa es la que salió y será la que quede en el disco. Cuando salí del estudio los vi a Nahu y la manager moqueando como yo.
N: Cosas así nos pasaron mucho grabando o escribiendo letras como “Hablándole a mi sombra”. Es un disco que se llama así por algo, es bien de adentro. Y si normalmente nos desnudamos en el escenario y dejamos todo, en este disco nos quedamos completamente en pelotas, desde el primer hasta el último tema.
Más de veinte canciones vistieron a la noche del debut. Los siempre queridos “Reina de la vanidad” y “Conformarse”, hicieron fila con la nueva canción escrita por Nahuel titulada “De nuevo” y nada parecía fallar. La banda de amigos que los siguen por cielo y tierra pogueó, flameó las banderas y estalló en cada milonga y cumbiancha rockera que siempre propone CEC. “Sobran caravanas”, empezó a darle forma a lo que sería el final. Juan terminó con el bajo en el pogo a caballito de un fanático y nadie daba más. En El Estudio no hubo un alma que se quedó con resto, y la banda demostró nuevamente -como dice la letra de la canción “Adonde están”- que el aguante se hace realidad cuando el miedo deja de existir. Y el aguante se hizo realidad.
Por Ayelén Berdiñas
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