“Y ante la realidad objetiva e históricamente inexorable de la revolución latinoamericana, ¿cuál es la actitud del imperialismo yanqui? Disponerse a librar una guerra colonial con los pueblos de América Latina; crear el aparato de fuerza, los pretextos políticos y los instrumentos seudolegales suscritos con los representantes de las oligarquías reaccionarias para reprimir a sangre y fuego la lucha de los pueblos latinoamericanos.
La intervención del gobierno de Estados Unidos en la política interna de los países de América Latina ha ido siendo cada vez más abierta y desenfrenada”
Fidel nos dejó estas palabras un 4 de febrero de 1962. Hoy, 53 años después la historia se repite. Barack Obama, quien hace solo unos días, anunció ciertas medidas progresivas en su política exterior con Cuba; ahora firmó el lunes 9 de marzo, una orden ejecutiva declarando la “emergencia nacional” por la amenaza “inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y a la política exterior por parte de Venezuela.
Incluyendo sanciones contra siete funcionarios venezolanos, acusándolos de violar derechos humanos y cometer actos de corrupción, el imperialismo yanqui vuelve a arremeter contra la República Boliviariana de Venezuela, tal como en el golpe en el año 2002 al entonces gobierno del comandante Hugo Chavez. Este tipo de declaraciones suelen preceder a agresiones militares, tales como la de Vietnam en 1964 o la de Panamá en 1989.
Venezuela sigue representado un rol estratégico para el desembarco de los Estados Unidos en Latinoamerica. Además, sus reservas de petróleo tienen un especial interés para Washington, el cual ve con buenos ojos dejar de importar el crudo venezolano para empezar a controlarlo. Mientras que se declara defensor de la libertad y los derechos humanos, a la vez, Estados Unidos prosigue con las invasiones y ataques en Medio Oriente, ocultando sus reales intenciones para con los pueblos que intenta dominar.
Desde nuestro lugar, como militantes de la cultura y la comunicación popular, repudiamos cualquier intento de desestabilización yanqui en tierras latinoamericanas y apoyamos incondicionalmente la defensa de la Revolución Bolivariana.
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