lunes, 15 de diciembre de 2014

El Rap de las minorías: entrevista a Sara Hebe

Sara Hebe Merino habla pausado con sus enormes ojos verdes perdidos entre los autos de la avenida Rivadavia, en pleno barrio Caballito. Ella dice que nada tiene de diferente con la Sara rapera, la que se sube a los escenarios a denunciar desalojos, corrupción y violencia policial, pero la timidez la invade cuando se prende el grabador.
Nació en Trelew, estudió derecho a la par que hacía teatro con Norman Brisky y bailaba hip hop y dancehall. Luego de escribir varias letras decidió grabar un disco (que terminó siendo La hija del loco). El perfil de rapera le sentó mejor que el de abogada y ahora va por su tercer disco que lanzará en diciembre.


OV: ¿Cómo llegaste a dedicarte al rap?

SARA: Bailando. Bailaba hip hop y dancehall. Escuché rap desde chica en Trelew, de donde soy. También bailaba, pero recién cuando me vine acá a estudiar empecé teatro y también bailé mucho, hasta que se mezclaron las dos cosas y me dieron ganas de arrancar a rapear. Estaba haciendo una obra con un grupo de teatro popular en el teatro de Norman Brisky. Era una obra de teatro colectivo que contaba la historia de la  toma de la Gráfica Patricios, que es una fábrica recuperada de La Boca. Al final, tenía una canción divina que era sobre la toma y la música era muy melódica, entonces yo bajé una base de internet y la misma letra la hice en rap. Quedó buenísima y me dije bueno, puedo rapear. No hicimos la canción para la obra, pero ahí yo empecé a escribir con bases de internet.

OV: ¿Qué significa la autogestión para vos?

S: Hacer uno lo máximo que pueda. De todas maneras yo mando el disco a imprimir a una fábrica. La autogestión es hacerlo uno sin pedir nada a nadie, sin transar pero por ejemplo en el rap hay pibes que son mucho más autogestivos que yo. Hoy hay una moda o una tendencia a hacerte un re estandarte, a decir soy independiente, soy autogestivo y no se es tanto, a veces.

OV: ¿Cómo grabás?

S: Con Ramiro Jota, mi compañero, con quien estamos terminando el tercer disco y con él grabamos en su casa que es un Home Studio, no tenemos ninguna discográfica que nos avala. Esa es la autogestión.

OV: ¿Vos crees que se puede vivir de la música sin insertarse en el mercado de las discográficas?

S: Un poco ya se cayó el mercado de las discográficas, porque los artistas ya nos avivamos, ya se desenmascaró ese mercado. Con lo que más ganás es con tocar en vivo, no tanto con vender el disco. Nosotros hacemos mil discos y venderlo es recuperar la guita, no es ganar.
Igual hay sellos chicos, nuevos, que ya tienen otra cabeza, otras formas, y está bueno también. Yo los discos que hice, los hice con la UMI, que es la Unión de Músicos Independientes. Ahora probablemente saquemos el disco con un sello pequeño, nuevo, que no es una discográfica ni una industria, es un sello de algunas bandas de rock. Lo que pasa es que el sello lo que nos facilita es que yo le doy el disco terminado con la gráfica, me hace mil quinientos discos, los paga él y no tengo que pagar esa cifra que no sé cuánto estará, ¡ni quiero saber!
Volviendo a la pregunta... Sí, se puede, pero cuesta muchísimo, sobretodo en el ámbito del rap. Yo creo que nos fuimos de ahí, hacemos más rock, experimentamos con la cumbia, entonces se abrió un poco la gente.

OV: ¿Vos considerás que hay un transgénero?

S: Sí, transestilo. Nosotros no somos hiphoperos, todo bien igual yo hago rap, es con lo que más me identifico. Pero he hecho otras cosas y en este disco va a haber también otras cosas.

OV: ¿Cómo son tus procesos creativos a la hora de componer?

S: Soy medio vaga, me cuesta sentarme a escribir. Por lo general Ramiro me pasa bases que voy escuchando y voy sobretodo anotando frases. Soy un desastre porque a veces salgo sin nada y voy anotando en el celu frases que se me ocurren o que escucho. Después me siento con la base y espero a ver qué me hace sentir, qué quiero decir, qué pensé, qué me dio rabia, qué me inspira... y luego voy a ver qué tengo y hago un collage. Tengo libretitas llenas de frases, boludeces, o hasta temas enteros que son una garcha. Pero bueno, me gusta estar sola, en la compu y escuchando.

OV: ¿Hay alguien que te inspire?

S: Mala Rodríguez, la amo. Mala rodríguez me encanta, su poesía, las bases... Hay muchos raperos inspiradores como Keny Arkana, Actitud Maria Marta, Asterisco -un rapero de acá que hay que escuchar- y Anita Tijoux. Justo el otro día escuchaba una entrevista de Anita que decía que por ahí algunas raperas quieren ser como las que se ponen de moda y cada uno es como es, pero hay que encontrarlo a eso.
Pero más vale que a mí me gusta Mala Rodríguez, Cristian Álvarez, Charly García, el teatro de Brisky, son todas cosas que te van influenciando. Diferente ser un chorro y robar. Tiene que servir para encontrar la propia identidad.

OV: ¿Cómo es la relación con Ramiro y con Liyah?

S: Mis dos primeros discos son como solista. Yo empecé sola, dije bueno, voy a hacer un disco. Luego lo conocí a Ramiro por medio de un amigo y me mandó dos bases de las cuales salieron “Historika” y “Desesperada”. Las grabé en su casa donde tiene un pequeño Home Studio. Ahí nos conocimos y surgió la relación rapero-rapera-productor, que es mucho para el rap, por lo general se conoce sólo el/la rapera/o. El segundo disco lo hice todo en el estudio de Ramiro. La mayoría de los instrumentales los hizo él y lo mezclo él. Hay algunas otras colaboraciones instrumentales de amigos, pero el disco lo produje todo yo y también lo pagué, era mi proyecto, nos estábamos conociendo. Después de Puentera salido, él se sumó a tocar en vivo. Y ahora está Liyah que es corista. Aquí ella me acompaña en la voz pero también es protagonista.
Es como que yo hice el camino inverso a una banda: empecé sola y después ellos se sumaron. Entonces ahora con Ramiro ya este tercer disco lo producimos enteramente entre los dos y tocamos juntos sí o sí, y con Liyah, entonces es un híbrido entre... no somos una banda, o sea sí somos una banda pero no tenemos nombre de agrupación y eso me gusta.

OV: ¿A qué te referís cuando decís que representás a las minorías? ¿A qué público te dirigís?

S: Al que quiera escuchar. A veces acompañamos luchas que están pidiendo justicia y es nuestro deber poder dar una mano ahí, como lo de Gascón que si bien yo soy medio pesimista y pienso que no cambia nada, estás ahí apoyando, tratando de hablar de lo que está pasando. Minorías son los desalojados, la gente de los barrios que los quieren pasar por encima para construir edificios. Minorías siguen siendo la comunidad homosexual, que si bien se avanzó mucho sigue habiendo mucha discriminación y mucha violencia.

OV: ¿En qué lugares elegís tocar?

S: Elijo no tocar en lugares que tienen que ver, por ejemplo, con el gobierno de la ciudad, con Macri. Eso sí es una lucha para mí, hay que estar de un lado o del otro. He tocado en la ex Esma, en algunas movidas de cultura de Nación. No me parece tan terrible ni tampoco he tocado en tantas. Había una movida ahora que era también de la Ciudad, sobre deportes y auspiciaban canales de deportes y marcas de ropa. ¡Ni en pedo!
Hay que ocupar espacios, porque si yo voy a tocar en alguna movida del gobierno de la ciudad estoy dando mi mensaje y un montón de gente me escucha, pero para mí no es así, porque hay que estar de un lado o del otro, ser un poco más radical. Tengo amigas que están en la militancia y dicen: “Tenemos que tocar, hay que ir porque hay que ocupar espacios para que te vean.” A mí me daría alergia tocar ahí. Y me parece que no sirve él: “Che, acá hay desalojos” con el cartel de Macri atrás. Me parece una truchada.

OV: ¿Te consideras feminista?

S: Sí, yo sí. Creo que es necesario ponerse un poco la palabra feminismo, entenderla. O sea, el feminismo es  un movimiento de lucha por la igualdad de género, a veces se entiende que el feminismo es como el machismo pero al revés. ¡Cualquiera!
A veces hay una fina línea ideológica, entre una cosa y otra, es difícil. Todo lo que termina en ismo tiene algo de fanático. Yo no tengo tanta escuela en la lucha de género, pero sí apoyo y me parece que hoy en Latinoamérica con el  paroxismo y el nivel de violencia hacia las mujeres que hay es necesario ser más feminista, hablar de lo que pasa y ponerse firme contra el machismo, más que nada. Me parece importante apoyar a las mujeres. Es muy groso lo que pasó en Salta con 40 mil mujeres en la marcha.

OV: ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

S: Ahora, el disco, metida 100%. También tocamos el 21 de noviembre en capital, es un lugar nuevo que tiene lindo sonido. El disco estará para marzo o abril, en lo posible. 

OV: ¿Nos rapearías algunas rimas de una canción del nuevo disco?

S: Hay un tema que estamos presentando ya, este se llama “Patria de patrullas”. El título se me ocurrió porque son palabras que suenan en este momento. Lo que uno hace está atravesado por el momento histórico entonces, patria y patrulla, relacionado al presupuesto que destinó Scioli para la policía, mucho mayor que el de educación o salud.
Si bien yo nunca en los temas sigo un hilo conductor, soy medio esquizofrénica, no puedo decir este tema habla de tal cosa, pero sí en éste tocamos el tema de Chevron un poco, y lo que está sucediendo al respecto... Y la juventud, también su frivolidad que no le importa nada de lo que está pasando y dice así:
“Ya está, ya no te molesto más
Mientras nos peleamos ahí hay guerra de verdad
Y acá el plomo entra sin piedad
Entre acuerdo y desacuerdo no hay para tomar
Vallar, el agua y la libertad
Mientras se firman contratos de desigualdad
Frackear, ("creo que inventé esa palabra", ríe)
Lo público, y lo natural
Brota sangre negra de la biodiversidad.


Por Florencia Abelleira, Manuela Bolla y Martín Zinclair

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