martes, 2 de septiembre de 2014

Los socios pasan y las policías permanecen

Scioli se cansó de la retórica dialoguista y creó la policía comunal por decreto de necesidad y urgencia. Urgencia que se inscribe en la declaración de emergencia en materia de seguridad realizada en abril pasado cuando la mirada mediática dominante parecía querer mostrar nada más que “oleadas” de linchamientos, homicidios o atentados contra la propiedad privada. Según afirma el ex motonautala gente quiere más policías para sentirse más segura”. En esta nota se ventilará que en la categoría “gente” ingresan solo algunos privilegiados y sus bolsillos.


“Los Gobiernos pasan, las sociedades mueren, la policía es eterna".
Obras completas. Tomo XI. Pág. 806
Honoré de Balzac

Haciendo un poco de retrospectiva, fueron cuatro los proyectos presentados en estos últimos años por distintas fuerzas políticas para la creación de policías municipales en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. Comenzaba junio, y la iniciativa del Ejecutivo provincial era la elegida para ser aprobada solo en generalen la Legislatura,con los votos del oficialismo –donde coexisten el kirchnerismo y el sciolismo– y los del Frente Renovador, fuerza política liderada por Sergio Massa ¿Por qué fue postergada la votación en particular de la ley? Básicamente por tres razones que preocupaban al massismo marcando la diferencia con la propuesta del oficialismo: las facultades del cuerpo policial municipal, el rol de los intendentes y el financiamiento.


El Frente Renovador quería que el personal policial municipal porte armas las 24 horas para evitar que se vuelva una fuerza “inactiva”. Al parecer, por oposición, un agente “activo” es aquel que está con el arma cargada durante todo el día aunque no preste funciones. El médico, abogado, teniente coronel y payaso Sergio Berni dijo que “el policía es policía las 24 horas del día y el armamento es parte de su trabajo” para suscribir la postura massista.
Algunas cifras son malas noticias para Massa, Berni y, principalmente, el pistolero Granados que sueña, desde su asunción, con tener a 100.000 agentes policiales a su disposición: el uso de armas fuera de servicio pone en peligro no solo la vida de terceros –aprietes, gatillo fácil, etc.,- si no de los mismos policías. Según estadísticas oficiales, en el 2012, seis de los nueve agentes federales muertos y 25 de los 37 heridos se encontraban fuera de servicio en diferentes zonas del Conurbano bonaerense y 49 de las 81 personas heridas y 20 de las 26 víctimas de homicidio fueron heridos o muertos por agentes que no estaban en servicio[1].
Por otro lado, el massismotambién se resistía a que los intendentes tengan a su cargo el control administrativo y operativo de la policía municipal y del personal policial de la Bonaerenseque quede en su distrito haciendo “tareas de prevención”. Además, la fuerza de Massa no quería que los intendentes elijan al jefe de la policía local, oponiéndose a la presunta limitación del poder de la Policía Bonaerense en el control y gestión del territorio y todas sus economías ilegales (narcotráfico, trata de personas,desarmaderos, etc.,) que implicaba la aprobación definitiva de la iniciativa oficialista.
Por último, otra cuestión que incomodaba a la posición de Massa y sus secuaces era el financiamiento de la fuerza. Querían que los fondos asignados para las policías locales sean girados automáticamente a los municipios a medida que el Banco Provincia recaude, sin la intermediación de Rentas Generales, para evitarque se desfinancie a las policías de los distritos manejados por intendentes opositores. El proyecto del oficialismo permitía, al pasar por Tesorería General, que paguen a medida de su disposición y voluntad, según afirmaban desde el massismo.
Finalmente Scioli, cansado de los vaivenes del massismo por intentar quitarle protagonismo, firmó el último día del mes de junio el decreto 373 que sepultó las discusiones que se habían desarrollado en la Legislatura e instruyó a su peón, el ministro de seguridad Granados, crear una policía local para los municipios de más de 70 mil habitantes. El aroma a pacto Scioli-Massa comenzó a sentirse en el corazón del territorio bonaerense.
A ver, a ver, quién dirige la batuta...
Los oportunistas de la desesperanza se disputan hace ya varios meses el cargo de director de orquesta de la represión. El ex diputado menemista y ex secretario duhaldistaya se había incomodado por las modificaciones que habían realizado varias fuerzas del kirchnerismo, con el diputado Marcelo Saín a la cabeza representando a Nuevo Encuentro (espacio político liderado por Martín Sabbatella), a su proyecto original -elaborado por personas allegadas a Granados- en el trabajo en comisiones en la Cámara de Diputados.
Massa yaestaba consolidado como pez en el agua escupiendo punitivismo por los medios masivos de comunicación desde su victoria en la provincia de Buenos Aires en la segunda mitad de 2013. Le había quitado el bastión de la demagogia punitiva que gobierna el modus operandi mediático de Scioli, que se mostraba inquieto y preocupado. Al parecer, la declaración de emergencia en materia  de seguridad no había sido suficiente.
Pero el escenario presidencial se anticipó. La vedette de las campañas electorales irrumpió y volvió a ser la vidriera de la política.“Entre lo ideal y lo posible, lo posible”dijo el compañero de Karina Rabolini y en cinco artículos resumió los más de treinta que tenía el proyecto de ley frenado en la Legislatura.
Que a Scioli le importan las soluciones, y no el problema, es una verdad de perogrullo[2] y, una vez más, otra medida del gobierno bonaerense es parte del problema y no de la solución.El decreto 373 permite quemunicipios gobernados por Othacehé (Merlo), Pereyra (Florencio Varela), Cariglino (Malvinas Argentinas) o Bruera (La Plata), entre otros, tengan su propia fuerza de choque legalizada.
En La Plata, por ejemplo, Brueracuenta hace ya varias decenas de meses con las patrullas municipales (esos coches verdes que son bastantes más caros que los Ford Falcon y se dedicaron a  apretar a la militancia disidente en la campaña electoral o a las travestis que ejercían la prostitución en la vía pública) que funcionan sin ningún marco regulatorio.
Este decreto demanda 600 millones de pesos para descentralizar a la Policía Bonaerense. La formación de las fuerzas municipales va a quedar a cargo de la Vucetich; podrán detener y usar armas las 24hs; se va a convocar a personal retirado de la policía y del servicio penitenciario, y se van a crear 8 alcaidías para alojar cerca de 1.000 nuevos detenidos.
Granados debe crear la Superintendencia de Seguridad Local, en ejercicio de las facultades que le confiere la Ley provincial de Policías, que nombrará al jefe de la “Unidad de Policía de Prevención Local”, en acuerdo con el jefe comunal del municipio respectivo.
La Bonaerense no es estéril y con esta medida, se desprende de parte de su herencia.La caja de la Bonaerense va a tener al intendente como un nuevo socio legalizado a la hora de realizar la repartija.  Cuando se hace referencia a policía de “proximidad” se le pone un ropaje a esta fuerza municipal que va a continuar  subordinándose al poder político y económico y va a persistir regulando el delito.
Como cualquier mortal, Daniel Scioli tiene un alimento preferido. No son las pastas, tampoco la pizza (aunque debe ser una de sus preferidas): es el temor diseminado, que sirve de caldo de cultivo para dirigir sus políticas contra la (in)seguridad y como punto de partida para que la policíacontinúe regulando el crimen y avance sobre los sectores populares.
Hay numerosos estudios que demostraron que no hay una relación mecánica entre el miedo y la inseguridad objetiva, es decir, entre lo que se percibe que está sucediendo y lo que sucede verdaderamente. Son problemas que cobran relativa autonomía.Como señalan Brenda Focás y Gabriel Kessler, en un reciente artículo[3], el incremento de la sensación de inseguridad tiene consecuencias diversas: afecta la calidad de vida, inclina la balanza para las políticas más punitivas e incrementa la distancia social entre las clases, etc.,
La “inseguridad” es, una vez más, la estrategia política que opera como práctica de control social sobre los sectores más desfavorecidos.
Así como hay buitres que especulan, analizan y pelean por la carroña del mundo financiero, Scioli, Massa y sus subordinados son parte de esta raza en el mundo punitivo, que esperan agazapados para sembrar miedo, cosechar votos, y continuarcon el proceso de militarización del espacio público y consolidación de la dictadura de la Bonaerense sobre el territorio.

Por Aramis Lascano




[1]Informe 2013 Derechos Humanos en Argentina, CELS, Siglo Veintiuno Editores, 2013, pp.136-137.
[2]Hay varias teorías sobre el verdadero origen de esta palabra. La más convincente se remonta a un escritor del siglo XV y su personaje literario “Pero Grillo”, que afirmaba obviedades permanentemente.
[3]Focás B. y Kessler G., “¿Responsables del temor? Medios y sentimiento de inseguridad en América Latina”, Nueva Sociedad, 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario