jueves, 24 de julio de 2014

Dos pasos atrás y uno para adelante


-          Análisis de las elecciones europeas -

El último fin de semana de mayo, se realizaron en toda Europa, las elecciones que determinarían los representantes de cada uno de los países al Parlamento Europeo. Dejándose llevar por los resultados, el panorama es desolador: un claro avance de la derecha en sus distintas expresiones (populista, fascista, nacionalista), el total fracaso de la social-democracia, y apenas algunos destellos de las izquierdas. Tampoco se puede dejar pasar por alto el gran abstencionismo que recorrió todo el proceso electoral.
Por eso resulta conveniente, hacer un repaso previo que nos lleve a conocer un poco de qué tratan estas elecciones y cuál es el panorama actual. Recién allí, podrá pensar en vencedores y vencidos en términos más profundos que lo que los fríos números suelen darnos.




¿De qué me hablabas cuando hablabas de Unión?

Comenzando ¿Qué es el Parlamento Europeo? Es el órgano encargado de cumplir la función legislativa de la Unión Europea junto con el Consejo(los representantes de los Estados, son los Ministros), representando a todos los ciudadanos del viejo continente. Si bien las elecciones se dan en cada país, una vez elegidos los representantes de cada Partido Político, se realizan alianzas a nivel continental, que aglutinan a los diferentes arcos ideológicos.

Son 766 los diputados y diputadas que conforman el Parlamento, y quienes eligen a un Presidente, que cumplirá su cargo durante dos años y medio (con la posibilidad de ser re-elegido una vez). Al igual que en la mayoría de los países, dos bloques son los que predominan en cantidad de parlamentarios: los ligados a los partidos socialdemócratas, y quienes se alinean en la centro-derecha, tal es el caso de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (Partido cuya presidente es la temida Ángela Merkel, canciller del país germano) y del Partido Popular de España.

Este bipartidismo dominante en toda Europa, no hace más que defender los intereses de la misma clase dominante; salvo que unos dan un apoyo manifiesto y otros se encubren  con una retórica progresista. Lo que es claro, es que no van a posicionarse a favor de los excluidos del sistema.

Como se dijo en el primer párrafo, estas elecciones fueron disruptivas por los avances de una derecha que ya no viene solapada, sino que está cargada de un fuerte sentimiento nacionalista y chovinista, con muchas intenciones de que se “deje de mezclar” a los países europeos, y que se vuelva a respetar la autonomía de cada uno de ellos. Así mismo, diferentes expresiones de izquierda han surgido con fuerza en España, Grecia y Bélgica. Es llamativo, sobre todo porque en los últimos dos, es donde más han avanzado las fuerzas neo-fascistas. Y remarcamos esta situación, ya que creemos que uno de los tantos alcances que puede tener la crisis que atraviesa a Europa, es el principio del fin del bipartidismo reinante.

Aunque no la veamos, la derecha siempre está

Acá si que los números asustan. Los diferentes movimientos fascistas han obtenido entre el 10 y el 20% de votos en toda Europa, con picos que oscilan entre el 25 y el 30% en Dinamarca, Inglaterra y Francia; resultados que no se encontraban desde la tristemente célebre década del ‘30.
Si bien todavía no se desarrolló un partido de masas con estas características (¡gracias a D10S!), como lo fue la herramienta electoral que depositó a Hitler en el gobierno de Alemania, la adaptación de estos partidos al sistema democrático burgués, no puede ser menospreciada ¿Quién aseguraría que un triunfo en las elecciones por cargos ejecutivos no derive en un nuevo régimen totalitarista? Los resultados conseguidos por Amanecer Dorado en Grecia y por el Frente Nacional en Francia, nos ponen en una situación de alerta permanente.

Otro tema importante a tener en cuenta, es la heterogeneidad de estas derechas. Cada una bien arraigada a un supuesto sentir nacional, se hicieron eco de los problemas de cada país para direccionar la xenofobia que los une. Por ejemplo: en países con mayor inmigración de árabes, los Partidos fascistas desarrollaron una serie de políticas islamofóbicas, para poder culpar a ellos de la crisis actual. Igualmente sucede con los países con mayor población de africanos, de gitanos o de sudacas. El chivo expiatorio va rotando, pero el sentimiento que los une es el mismo.

Cabe preguntarse entonces, ¿Por qué nuevamente es la derecha la que mejor capitaliza la situación de crisis? ¿Por qué en un momento de poquísimo activismo en el movimiento obrero europeo, vuelve a resurgir el fascismo? Sin dudas que estas preguntas serían imposibles de resolver en estas páginas, pero tampoco puede dudarse de la necesidad de un acuerdo de unidad de la izquierda ante éste avance fascista.
Ya no es preciso hablar de alianzas con ciertos sectores democratizantes, que no han hecho más que allanarle el camino para que la derecha avance, y salga de la posición expectante en la que se encontró durante décadas. La única alianza posible es entre los movimientos anti-fascistas y anticapitalistas, buscando lograr una inserción real en las diferentes luchas que se van desarrollando en todo el continente.

Varios fantasmas recorren Europa

Ya se dijo que estas elecciones fueron disruptivas por los diferentes frenos que se le pusieron al bipartidismo. Y las izquierdas, también jugaron un rol importante en esta tarea. Claro, muchas veces desde los márgenes, atravesando dificultades propias e históricas (como las diferentes y frustradas intenciones de alianzas). Sin embargo, han podido mostrarse de cara a la población como posibles opciones de gobierno para los años venideros.

Al igual que se ha dado en Argentina, las enormes limitaciones ideológicas y prácticas de la socialdemocracia (o centro izquierda, como más les guste adjetivar), han jugado a favor para que diferentes tendencias de izquierdas, puedan posicionarse. El Partido Socialista Obrero Español, el Partido Socialista de Portugal, el PASOK en Grecia, son claras expresiones del derrotismo progresista. Seguramente el gobernante Partido Socialista de Francia, seguirá el mismo camino de sus compañeros de banca en el Parlamento Europeo.

Empezando por Grecia, la actuación de SYRIZA ha hecho que todos los pronósticos fallen: con más del 26% de los votos, se convirtió en la primera fuerza del país. Ahora serán varios los desafíos que se le presentan, tanto hacia adentro como hacia afuera. Aclaremos que SYRIZA es una coalición de diferentes tendencias de la izquierda, por lo que poder afrontar con altura los diferentes debates que se vayan presentando, a fin de que muestren que hay una perspectiva anticapitalista, se convierte en el objetivo número uno.

Grecia ha sido uno de los países más golpeados por la crisis del 2008, y los efectos se siguen viendo en la actualidad. Por eso, el ala más radical de esta coalición, exige el cese del pago de la deuda externa y una urgente nacionalización de la banca. La salida de la “zona euro” y una vuelta a la moneda nacional, parece ser una de las estrategias para la recuperación de tantos derechos sociales vapuleados en los últimos años.

Ahora se abre el desafío más importante de todos, y es el de prepararse para las elecciones ejecutivas. Allí, si quiere ser una opción fehaciente de poder, deberá SYRIZA nuevamente entablar relaciones con los otros partidos de izquierda más tradicionales, como el KKE (Partido Comunista) y Antarsya.

Crucemos a España. Enorme elección de la izquierda. A la ya consolidada (más por el paso del tiempo, que por el arraigo en el pueblo) Izquierda Unida, la cual es hegemonizada por el Partido Comunista; la irrupción de PODEMOS es una bocanada de aire fresco para todos los anticapitalistas. Entre ambas fuerzas, junto con algunos pequeños grupos de determinadas ciudades, se han logrado más de 3 millones de votos. Claro, que una el Parlamento Europeo, los 5 escaños de PODEMOS y los 6 de IU; irán para coaliciones de izquierda diferentes.

Volviendo a PODEMOS, será necesario dedicarle a esta nueva organización política un artículo especial. Sin embargo, para no dejarlos con la intriga de quienes son, que hacen y que quieren hacer, he aquí una breve introducción. PODEMOS nace en enero de este año, como resultado de la coalición de Izquierda Anticapitalista junto con un grupo de intelectuales de la Universidad Complutense de Madrid. Nacidos al calor del Movimiento de Indignados, se proponen llevar a cabo nuevas prácticas políticas, donde la democracia participativa, se aplique tanto para las decisiones estatales, como para la forma organizativa del Partido.

Sin dudas que la figura mediática del profesor de Ciencias Políticas y licenciado en Derecho, Pablo Iglesias Turrión, ha servido para entusiasmar a una gran porción de la población, ya que con una gran capacidad oratoria y el discurso de participación real a través de los Círculos, los adherentes se multiplican día a día.
Críticos del bipartidismo, pero también de la izquierda tradicional, creen que la estrategia fundamental es que sea el pueblo el que delibere, sin más intermediarios. Saben que son hijos de la lucha en la calle, por eso uno de sus lemas es “un pie en las instituciones y mil en las calles”.

Tienen el enorme desafío de articular con las otras expresiones socialistas de España, para intentar convertirse en  una opción de gobierno. Deberán seguir afrontando debates internos respecto a la organización que quieren tener. Pero sin dudas que lo más importante, es la afirmación de que quieren construir un movimiento anticapitalista, con perspectiva socialista.


En 1936, épocas de guerra civil, de anarquistas contra fascistas, la capital española amaneció repleta de carteles que gritaban “¡No pasarán! Madrid será la tumba del fascismo”. Es hora de colgarlos nuevamente.

Por Nacho Saffarano

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