lunes, 19 de mayo de 2014

Recomendación de CD: Ana Tijoux - Vengo

Ana Tijoux no es muy reconocida por las tierras argentas. Tal vez algunx la recuerde por su participación en la canción “Eres para mí” junto a Julieta Venegas, pero no más que eso. Sin embargo, carga sobre su espalda una trayectoria musical dentro del hip-hop y una historia de vida, digna de ser apreciada. Nacida en Francia, pero hija de padres chilenos exiliados en ese país durante la dictadura de Augusto Pinochet, la artista editó en marzo del presente año su cuarto álbum Vengo, precedido ya por Kaos (2007), 1977 (2009), y La Bala (2011).



El mapa general del nuevo disco de la joven franco-chilena, nos muestra desde el comienzo que dejó atrás, al menos por ésta vez, los samplers y máquinas electrónicas propios del hip-hop para adentrarse en ritmos del folclore latinoamericano. Durante las 17 canciones que contiene, se dejan escuchar quenas, charangos, bombos y guitarras.

La primera canción lleva también el nombre del disco, “Vengo”, y  adelanta una postura política que va a desarrollar a lo largo no sólo de la canción, sino también del resto de las composiciones. Rapeando sobre una base de vientos, realizadas por una mezcla de quenas, saxos y trompetas, Tijoux deja bien claro de qué se va tratar esta nueva obra: Vengo a construir un sueño, el brillo de la vida que habita del hombre nuevo. Vengo buscando un ideal de un mundo sin clase que se puede levantar”.

El segundo track es “Somos Sur”, y desde el título, ya uno puede imaginarse de qué habla la canción. Con una intro hecha a base de sintetizadores, en esta canción se abandona ese aire instrumental folclórico, y se apela a un hip-hop más tradicional. Sin embargo la impronta latinoamericana (y también africana) nos llega desde la letra, que en uno de sus párrafos reza: Esto no es utopía, es alegre rebeldía del baile de los que sobran de la danza que hay hoy día. Levantarnos para decir ya basta. Ni África ni América Latina se subastan”.

En tercer lugar nos encuentra con una canción y un título contundente: “Antipatriarca”. Un bombo rompe el silencio, y enseguida comienza a construirse una chacarera, que tiene alguna familiaridad con ciertas composiciones de Calle 13. Reivindicando las luchas de género, Tijoux sienta su posición frente al patriarcado: No sumisa ni obediente. Mujer fuerte, insurgente, independiente y valiente. Romper las cadenas de lo indiferente. No pasiva ni oprimida. Mujer linda que das vida, emancipada en autonomía. Antipatriarca y alegría”. Sin duda, de las mejores canciones del álbum.

La temática ambiental tampoco le es ajena a la rapera. “Oro Negro”, habla a las claras del comercio del petróleo, y todo lo que se genera alrededor de él, principalmente por el gran país del norte. En el estribillo surgen las preguntas que justifican la canción: “¿Cuántos hermanos tendrás que matar? ¿Cuántas naciones tendrás que ocupar por tu poder que nos puedes saciar?”. En complicidad con esto, también podemos escuchar “No más”, que nos grita desde el comienzo: “Edificios cancerosos, apilados, numerosos, en bloques de cemento, altos y furiosos”.

El capitalismo tampoco se salva de las balas que dispara la garganta de la cantante: “¿Cómo sería este mundo sin capital?” se pregunta Tijoux en “Todo lo sólido se desvanece en el aire”, en clara referencia al sistema económico, político y social que impera en occidente. Canción que también se complementa con “Los peces gordos no pueden volar”, que desde una de sus estrofas nos dice: “Lo que tú ves libre yo lo considero preso, preso de un modelo atrofiado de progreso”.

La pobreza también es una arista que se incluye en el disco. Y Anita -así la llaman en Chile- también recuerda a su hija con la canción “Emilia”, y además deja plasmada una definición propia de su persona en “Río Abajo”.


Hay más canciones, e incluso pasajes solamente instrumentales, que hacen del disco una obra conceptual verdaderamente interesante, y, por ahora, se presenta como lo mejor logrado por Ana Tijoux. Para quien hasta ahora no se haya introducido mucho en el género del hip-hop, Vengo es un buen modo de empezar a hacerlo.

Por Sebastián Bertelli

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