martes, 20 de mayo de 2014

¡Una murga de La Gran Puta!


“Y si viene el macho y te mata a trompadas
es tu culpa por ser puta regalada
Y cada día se muere tu hermana,
se muere tu vieja, se muere tu amiga
se muere la puta que labura en la esquina”
La Gran Puta

Entre mates y risas las integrantes de la murga platense La Gran Puta nos recibieron en pleno ensayo para contarnos cómo nació, cómo se vive y qué se canta en una murga de mujeres.



La murga nace en el 2002 por la iniciativa de un director que quería crear una murga estilo uruguayo. En sus inicios, era de composición mixta y hoy quedan sólo dos de esa primera formación. Con el tiempo, se fueron consolidando como grupo hasta crear su propio espectáculo: “Hasta el 2009 estuvimos actuando haciendo covers arreglados por nuestro director, y ya habíamos empezado a escribir un espectáculo propio  que nos llevó un montón de tiempo y lo escribimos entre todas.”

El nombre “La Gran Puta” surge casualmente entre una de esas charlas en las que se buscaba una identidad para la murga, “lo bueno del nombre es que justamente es una expresión popular añejísima, y es utilizada tanto para expresar malestar como bienestar, entonces tiene un significado popular de agrado y de desagrado”. Sin proponérselo eligieron un nombre que revindica hoy en día mucho de lo que ellas cantan.

Son varias y diversas las integrantes que conforman la murga lo cual las enriquece tanto en el espectáculo  como en el grupo humano. “Algunas somos madres, algunas muy jóvenes, otras no tan jóvenes, algunas estudiamos, todas somos trabajadoras, por lo tanto hay una composición que no es solamente ‘una murga de chicas’”.

Sus canciones son las herramientas con las que comunican y denuncian desde las violencias hacia las mujeres hasta la corrupción política y policial: no se callan nada. Desde un primer momento, se preguntaron qué querían decir como mujeres, “nos pasaba que teníamos un montón de cosas para decir”.

Lejos de achicarse, sus letras expresan posturas políticas claras, resultado que se logró luego de la consolidación de ellas como grupo en el 2010. "Siempre tuvimos la ideología que tiene cada una, pero de repente se armó más fuerte, necesitamos decir más cosas y más claras”, además agregaron: Estamos muy convencidas de lo que decimos y eso es como un rasgo muy definitivo de nuestra identidad, yo sé que la gente que nos va a ver nos cree lo que cantamos y eso es muy importante”.

Esto se ve claramente reflejado en el salpicón – que hacen con la melodía de “Tirate un paso” de Wachiturros- que toca distintos temas: “Empezamos hablando de despenalización del consumo de marihuana, los negocios con la cana, el tema de la baja de la edad de imputabilidad para los pibes y después ya te empezás a meter con los médicos, los curas y empieza a cambiar cuando te metes con las muertes de las mujeres, el tema empieza muy arriba y termina muy profundo”.

Deconstruyendo el género

La Gran Puta adopta el formato de la murga estilo uruguayo sin importarles que éste sea considerado un género predominantemente masculino. Es incluso este punto el que a ellas les gustaría rebatir: “Nunca nos interesó imitar una murga masculina, este es un espacio donde se deconstruye, es un laburo luchar contra estos machismos”.

En Argentina no es muy común encontrar murgas de mujeres, a las que surgen les cuesta mucho mantenerse en el circuito y muchas de ellas se terminan disolviendo. En parte, esto sucede por ciertas características que se esperan a la hora de conformar una murga: “Se sigue cuestionando que no cantan como varones, que no se mueven como varones, que no respetan el género”.

Mediante su vestuario y maquillaje la murga también se diferencia del clásico estilo. Sus vestidos se alejan de las capas largas que usan las murgas tradicionalmente y remarcan las partes del cuerpo que son consideradas tabú. No solo hablan desde el canto sino también desde la ropa: “en una capa está la cara de Sandra, en otra está la cara de López, están las plantas con las marihuanas, los pañuelos de las abuelas, el puño, Latinoamérica dada vuelta”.

“¡Dicen que hay 50 muertos, para mí no saben contar!"

El 2 de abril de este año se cumplió el primer aniversario de la inundación de la ciudad de La Plata. En este marco se organizó una jornada en Plaza Moreno en la cual participaron varias organizaciones  culturales y asambleas barriales. Al finalizar la jornada y ante un público multitudinario La Gran Puta se subió al escenario: “Era de frente a la catedral y de espaldas a la gobernación y  con todo lo que teníamos para decir era un marco particular. También era un día de sentimientos fuertes para nosotras que somos todas platenses y  nos inundamos, lo vivimos en carne propia”.



La heterogeneidad de la gente presente esa noche visibilizó la postura política que ellas toman y frente a ello las diferentes reacciones que se generan al escucharlas: “Claramente son todas temáticas que generan controversias, en una sociedad que está debatiendo un montón de cuestiones, nosotras plantamos nuestra posición, después la controversia queda en el público”.

La despenalización y legalización del aborto es uno de los temas en los que se puede ver reflejada esta situación. La murga se la juega y canta “saquen los rosarios de nuestros ovarios”, sentando una postura clara frente al rol de la iglesia católica en esta problemática. Tal es el impacto que generan las canciones que al bajar del escenario una de las integrantes de la murga fue enfrentada por un cura. “Dijo que éramos unas mal educadas, que él no era ningún otario”.  

La discusión no terminó ahí, el cura continuó criticando las denuncias de la murga e incluso les reprochó  que él había ayudado mucho más en la inundación que ellas, a lo que fiel a su estilo la murguista no dudó en responderle: “Me parece bien que haga cosas por los inundados pero por el derecho al aborto la iglesia no viene haciendo nada”. Esta situación, lejos de intimidarlas, les generó la satisfacción de ver lo que plasman arriba del escenario, “para nosotras eso es genial, que se sienta así tocado por lo que cantamos está bien”.

La Gran Puta es una murga ya consolidada con 12 años en la calle. A lo largo del tiempo, fueron atravesando transformaciones y crecimiento tanto  desde lo individual como desde lo grupal que las llevaron a formar un grupo humano sólido. Es esta fortaleza la que se ve reflejada arriba del escenario. “Más allá de ciertas diferencias en ámbitos específicos, lo ideológico nos atraviesa a todas de la misma manera, hay una base bien fuerte de las denuncias que queremos hacer”.

Por María Carriquiri y Paula Calgaro



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