sábado, 8 de marzo de 2014

Mujer que piensa, mujer que molesta





“Mujer si te han crecido las ideas
de ti van a decir cosas muy feas
que, que no eres buena, que, que si tal cosa
que cuando callas te ves mucho más hermosa.”
Mujer- Amparo Ochoa

Llega el 8 de marzo de cada año y comenzamos a recibir saludos, flores, bombones, junto con un “feliz día”.Pero ¿qué es el 8 de marzo?, ¿o en qué se convirtió? Es un día que nació para conmemorar la lucha de la mujer y que hoy se transformó, para muchas personas, en algo banal y comercial. Pero para muchos de nosotrxs, es un día más para replantearnos qué se ha logrado y qué falta para la definitiva liberación de la mujer. 




Cabe preguntarse por qué tuvo que conmemorarse un día de lucha para las mujeres como colectivo. Quizás sea porque tuvimos la necesidad histórica de construirnos como sujetas de lucha.Necesidad además de organizarnos para conseguir aquellas cosas que para el hombre fueron dadas “naturalmente”. Necesidad de dejar de ocupar ese lugar de “Otro” y pasar a ser protagonistas de nuestra historia, esa que siempre fue contada por los hombres.   

Las conquistas fueron múltiples y cambiantes en el tiempo. Allá por el siglo XVIII  hasta mediados del XIX el objetivo principal era el acceso a la educación, luego ya  desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la década del 50 el principal derecho que se revindicó fue el del voto. Y ya desde los años 60 y 70 la lucha se centró en combatir el estereotipo sexual de la mujer en los medios de comunicación, siempre vinculado a la esfera doméstica y en su rol de procreadora. Hoy es quizás la pelea por la despenalización y legalización del aborto la que se encuentra más latente. 

El Día Internacional de la Mujer a favor de la lucha por la igualdad y el desarrollo integro como persona en todos los ámbitos de la vida surgió justamente luego de una lucha, como conmemoración a lxs 146 trabajadorxs, en su mayoría mujeres,incineradas el 25 de marzo de 1911 en la fábrica textil TriangleShirtwaist de Nueva York.  Fue recién en 1914 cuando las mujeres de los diferentes puntos del mundo, que luchaban por sus derechos, fijaron el 8 de marzo como una fecha universal, de unión y fraternidad brindada a la mujer luchadora.

Ahora bien, con el correr de los añossefueron consiguiendo innumerables ventajas en comparación con la antigüedad, eso no se puede negar. Sin embargo, la sociedad se sigue esforzando, y lo logra en amplios sentidos, en generar culturalmente una imagen de mujer correcta, sí, sólo una es la correcta: la que encima de trabajar y votar está divina para su pareja –siempre hombre, por supuesto-, y es súper-madre para  sus hijos -porque sigue siendo rara una mujer sin hijos-. Éste es un modelo hegemónico de la estética y las funciones de la mujer, que se reproduce en cada espacio social, generando un consenso fuertemente arraigado en mujeres y hombres.  

Entonces queda claro que aún están pendientes esas grandes disputas ante las cuales como mujeres  nos unimos en colectivo, el cual debe hacerse cada día más fuerte. No es menor que año a año, en diferentes rincones del país se realice el Encuentro Nacional de Mujeres, donde se debate sobre temáticas de las más amplias y diversas.

Y todo eso, nos lleva a una lucha por detrás que la tenemos que librar cada mujer consigo misma, y también en colectivo, desligarse de lo que se espera de nosotras, y llegar a construirnos como mujeres independientes, lejos de cualquier mandato social impuesto, y  ya no condicionadasni diferenciadas con relación al hombre. 

Esto nos lleva a un gran interrogante, ¿cuán libre somos en nuestros tiempos? Sin duda alguna las mujeres han demostrado que sus ovarios resistieron y resisten día a día el combate social para conseguir la verdadera igualdad. En materia legal, se han conquistado derechos fundamentales para el desarrollo de la mujer. Y hasta en muchos casos la sexualidad ha logrado conquistar una liberación que permite a la mujer sentirse dueña de su cuerpo y deseo. 

Pero también es una realidad que a pesar de los avances, la construcción sistémica de “la mujer” sigue siendo una atadura del capitalismo y patriarcado que gobierna desde el ámbito más público hasta el másprivado.Combatir las construcciones estereotipadas de las mujeres es una tarea que debe llevarse a cabo día a día; es necesario construir modelos que rompan con el consenso social sobre el rol de la mujer. 

Siguiendo conceptos de Gramsci, se puede decir que hoy en día existe culturalmente un modelo hegemónico que sigue clasificando qué es ser mujer y qué no en la educación de las niñas y en los medios de comunicación, que generan implícitamente una esencia de lo que implica ser mujer. Retomando las palabras de Simón de Beauvoir:

"No creo en el eterno femenino, una esencia de mujer, algo místico. La mujer no nace, se hace. No hay un eterno femenino desde el origen, son roles. Y eso se aprecia muy bien cuando se estudia la sociología. El papel de los hombres y de las mujeres no está determinado de forma absoluta en todas las civilizaciones, hay grandes cambios"

Es muy difícil empezar a pensarse como una mujer libre, pensar una persona que al nacer no les sean dados esos atributos como mujer –de la misma manera que le sucede a los hombres- . Pero la sociedad nos hizo así, nos dio un lugar atrás, a la sombrita y es por eso que las mujeres tuvimos que enfrentar luchas altamente significativas para poder  tomar la voz, y decir que acá estamos y que la lucha continúa. 

Ilustración: Giya Zabalza
Texto: María Carriquiri, Juliana Arias y Paula Calgaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario