viernes, 28 de febrero de 2014

Somos cumbia

Que me estás diciendo, me estas ofendiendo.
No me digas negro soy igual que tú,
Si quieres probarme vamos a la calle
Voy a demostrarte q tengo coraje,
Que su amor es mío porque lo gané,
No vale que sientas que tienes dinero,
Que vivo en el barro y tú en la gran ciudad,
Soy negro de abajo con el alma blanca,
Yo soy de la cumbia, soy de la resaca
Y de los boliches de la capital.
Meta Guacha - Alma Blanca (2000)

  Meta Guacha relata la visión del otro sobre un colectivo determinado y la posterior estigmatización que sobre éste recae, pero al mismo tiem
po deja enmarcada ciertas características propias que identifican los valores del mismo. Es aquí donde cabe preguntarse ¿También son éstas las características que identifican al conjunto?




Comprendiendo que, por un lado, cada persona mantiene un estilo fiel en su vida, muchas veces enmarcado en la cultura y en el barrio que lo vio nacer, y por el otro, que también es inevitable entrar en análisis, surge preguntarse: ¿Cómo se da esta identificación de un sujeto con la cumbia villera? 

  Es necesario explicar qué significa la palabra identificación. Freud se refiere a ella, en el “Diccionario de Psicoanálisis”,  como: “El proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste…”.

Sin embargo, no basta sólo con esta explicación, también abriremos las puertas a análisis e identificaciones más amplias, no sólo recaídas sobre un sujeto, sino, como es en esta ocasión, a una cultura y a un ideal de personalidad (Ideal del Yo*) al que se busca llegar en este marco.

La letra y su ideal
 Así llegamos al primero de los actores en este largo proceso de identificación que se genera a partir de una canción de cumbia: el artista. Sobre éste recae una imagen negativa creada por los medios masivos de comunicación, la cual nos induce a considerar que el artista solo es el resultado de una serie de hechos fortuitos, los cuales permitieron que éste llegue al estrellato. Si no se logra ver más allá, se dejaría de lado la subjetividad del individuo, y se recortarían sus experiencias de vida y el lugar en el que nació a un mero suceso.

  En las letras musicales, los artistas expresan su cultura, sus vivencias, sus broncas y sus alegrías, haciendo un recorrido por su propia vida y encontrando en ciertos momentos específicos, hechos particulares que luego serán relatados. Los artistas más exponenciales de la cumbia villera son parte de un proceso cultural, al igual que cualquier otro tipo de artista sea cual sea el género musical. Esto podría inducir a pensar que las herramientas utilizadas por los cantantes y músicos de la cumbia villera están en íntima relación con su vida cotidiana y las relaciones sociales que han edificado en ella.

  Pero pensar simplemente que los procesos subjetivos se dan en un ahora del tiempo real, es dejar de lado una página en la historia nacional, una historia reciente que desembocó en una pobreza estructural producto del neoliberalismo reinante en los ´90. Es necesario pensar que los creadores de las letras de la cumbia villera, también se encuentran atravesados por estos procesos sociales, y por ende encontraremos en las canciones sus rasgos más individuales, pero también sus rasgos sociales, y su manera de concebir al mundo y al otro que lo rodea.

  Cualquiera sea la letra y el género musical, o el modo de cantar, la subjetividad estará presente. Dentro de las letras se encontrarán objetivos e ideales de diferentes culturas. Culturas que a su vez se encuentran en constante interrelación con un sistema, con una historicidad, con otras culturas y  con una dinámica cambiante, lo que nos produce muchas veces la dificultad de definirla precisamente.

Será esta confluencia cultural lo que defina el ideal individual del sujeto transformador de su realidad, en el caso del cantante será la letra esa transformación de la realidad y serán las canciones, entre otros lugares, donde estos ideales se podrán plasmar (Ideal del Yo).

Claro está, que estos ideales también se encuentran sumergidos en procesos psicológicos del individuo, en donde se deberá trazar un recorrido no sólo consciente, sino también inconsciente (lo cual dificulta aún más la definición de este ideal del yo). Una de las características atribuidas al cantante de cumbia villera, es que  posee en la expresión una identificación de un sector social marginado. Serán sus expresiones las que darán el puntapié inicial para poder pensar cuáles son estas identificaciones que enmarcan las relaciones sociales que edifican con el otro.


Música para mis oídos
 Hasta acá se ha recorrido el trayecto que hace al verdadero compositor de cumbia villera. Pero ahora es necesario dar un paso más, profundizar sobre el mismo eje, esta vez con el público como foco en cuestión: ¿Cómo se da la identificación del público con el cantante o la banda?

   Hay que reconocer la alianza entre el público y la banda musical elegida ya que es una representación de su emblemática y el fanatismo. En el plano de la práctica se puede vislumbrar con claridad. Tomando como ejemplo al reconocido grupo musical Damas Gratis, son conocidas una gran variedad de manifestaciones de cómo el proceso psicológico de la identificación se lleva a cabo por el público que los sigue. Así, se puede dilucidar que se toman propiedades tanto de Pablo Lescano, como de su banda y se aprehenden como propios. 

   En el afán de no recaer en una temática densa, se tomará como patrón los tatuajes que se realizan los fanáticos de Damas Gratis. Esta elección no es aleatoria sino que se apoya en la función que, según ciertos autores, definen como una marca perpetua que aparece como  símbolo de un individuo en la masa. Así algunas de las funciones que se reconocen son ser un objeto de consumo masivo, también una técnica de camuflaje y, por último, el tatuaje se advierte como una insignia o denominador común para un grupo, símbolo de una subcultura que lo diferencia con respecto a otro.

 Por un lado, encontramos tatuajes que contienen la cara de Pablo Lescano y también muchos con el nombre de la banda. Y por otro lado, se  presentan   las marcas que tienen que ver con diferenciarse tajantemente de otro grupo y mantener los propios códigos, así muchas personas tienen tatuajes en sus cuerpos que dicen “La locura es un placer que sólo el loco conoce”,  “Sólo para entendidos” o también “100% negro cumbiero”. 

Parece que los hechos hablan por sí solos: si se asocia alguno de estos tatuajes  con la letra de la canción elegida,  la identificación se vuelve cada vez más nítida. Además de los tatuajes podemos citar como ejemplo de identificación cierto lenguaje utilizado y una vestimenta determinada. Estos son re significados por cada grupo en particular.

  Párrafo aparte merece Pablo Lescano, a quien se lo toma como el rey de la cumbia villera. Es un personaje que el público idolatra con gran fervor, esto se debe en parte a su marcada  tradición de barrio  y la  manera de expresarlo  en las letras que compone. Así, también es necesario destacar que Lescano se encarga de  manifestar con claridad  la actitud cumbiera y anti- cumbiera de la que hablamos anteriormente. “Prefiero pasar por una villa y escuchar Damas Gratis que pase un cheto escuchando Damas Gratis en un auto. Ahí me voy a sentir identificado y me voy a sentir contento por la música que hice”, explica Lescano en una entrevista de radio publicada en la página oficial de Damas Gratis.

Es también necesario tocar como último punto la relación de la denominada “masa” con el ideal del yo. Freud explica que una masa se trata de un conjunto de individuos que han puesto el mismo objeto en el lugar del ideal del yo, es decir que tienen el mismo modelo al que intentan adecuarse. Cabe aclarar que todos los individuos formamos parte de muchas masas y aun así es posible que tengamos una cuota de originalidad y autonomía.

Si lo trasladamos al plano de la práctica caeremos en la cuenta rápidamente, que todos y cada uno de nosotros formamos parte de distintos grupos. Dentro de estos grupos, entran en consideración por ejemplo el equipo de fútbol, una banda de música o una agrupación política. Así entonces, nos sentimos satisfechos cuando nuestro equipo gana el torneo, la banda que seguimos da un recital que es una fiesta, o la agrupación a la que pertenecemos sale primera en las elecciones.

   A manera de cierre, es necesario dar cuenta de los diversos cruces que nos subyacen  en tanto nos reconocemos como sujetos que pertenecemos a un campo cultural específico. Se han hecho hasta aquí referencia a determinados procesos psicológicos, pero no hay que quedarse anclado en una única categoría. Hay que considerar al sujeto de una manera holística, es decir como un todo bio-psico-social, de manera de no perder de vista el contexto en el que se desenvuelve el individuo.

Por Augusto Andrés e Inés Sierra

                                                          

*“…el ideal del yo constituye un modelo al que el sujeto intenta adecuarse” Laplanche, Jean & Pontalis, Jean-Bertrand (1996), Diccionario de Psicoanálisis, traducción Fernando Gimeno Cervantes. Página 180. Barcelona: Editorial Paidós. ISBN 978-84-493-0256-5.

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