miércoles, 6 de febrero de 2013

Breve Panorama del Desarrollo NO Sustentable


La situación actual en la provincia de Misiones

Misiones, el último relicto de selva atlántica, con la mayor biodiversidad de la Argentina tanto en flora como en fauna, está amenazada. Y en esta instancia ya no hablamos de proteger un animal o una planta, sino a toda una provincia. Una provincia que tiene leyes, pero que no se cumplen.

A pesar de la existencia de la ley de Bosques, la peor amenaza para el monte nativo es la deforestación. El control que se realiza de la extracción de madera es tan pobre, que al tiempo que se emiten unos pocos permisos legales para extracción sustentable, son miles las hectáreas en donde la madera es robada. Estamos hablando de árboles centenarios, de más de dos metros de diámetro, muchos de ellos protegidos por leyes provinciales como Monumentos Naturales Provinciales. Eternamente buscados por su madera, hoy quedan muy pocos ejemplares del Palo Rosa, el Pino Paraná o el Lapacho negro. Entonces la primera pregunta que surge es: ¿Cómo sucede esto?

Hay varios factores. En primer lugar, el ordenamiento territorial, en segundo lugar, la falta de control por parte de la provincia y sus autoridades, y en tercer lugar, y que rige a los otros puntos, el interés económico.
El ordenamiento territorial de Misiones, determina que hay tres categorías o divisiones dentro de la provincia. La categoría roja son aquellas partes del territorio que corresponden a Áreas Naturales Protegidas como el Parque Nacional Iguazú y donde no se puede tocar el monte. La categoría verde, son aquellas partes de Bosque nativo que se puede utilizar como manera sustentable, y ocupa la mayor parte de la provincia. Y la sección amarilla, que representa la zona sur, cubierta de pastizales y actualmente poblada solo por pinos.

En la zona verde se encuentra la mayor parte del desmonte de la provincia, ejemplo de ello es la Reserva de Biósfera Yabotí. Es paradójico que justamente sea una “reserva”, ya que evidente a las autoridades no les interesa para nada hacer un cambio en este ordenamiento para proteger lo último y mínimo de Monte nativo. A nadie le conviene controlar nada porque en la cadena de la explotación irracional todos ganan.  Y cuando ya no hay más recursos, se utilizan estas zonas para ganadería, para forestación, o simplemente para satisfacer la ambición de la gente con poder.

Recordemos ahora el concepto de desarrollo sustentable: hacer uso del recurso natural pensando en las generaciones futuras. Las autoridades y sus cómplices, con una evidente falta de visión a futuro, solamente piensan en el beneficio propio inmediato, sin tener en cuenta el legado que les dejan a sus hijos, sin pensar en el caos ambiental que está generando. Y me pregunto: ¿Cuánto valen los recursos naturales?
Cabe nombrar la otra causa de pérdida de la selva, ligada también a los intereses económicos: las represas. No sólo Yaciretá, sino que ahora viene Garabí- Panambí, sin pensar en todos los perjuicios sanitarios que esto acarrea. Y para completar nuestra indignación, somos la provincia que más cara paga la energía eléctrica y estamos por ser los próximos ahogados.

Dos reflexiones finales:

I: frente a este panorama de pérdida de la selva, la provincia fomenta el ecoturismo.

II: somos la única provincia del país con un Ministerio de Ecología y Recursos Naturales.
Como habitante recomiendo que visiten Misiones a la brevedad, porque de otro modo, cuando vengan, lo único que van a ver son postales de lo que ya fue.

Viviana B. Tartarini.
Oberá, Misiones.

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