jueves, 25 de agosto de 2016

Dar batalla hasta que se caiga el universo




García Linera, vicepresidente del Estado plurinacional de Bolivia, hoy visitó nuestra ciudad en el marco del III Foro Latinoamericano de Trabajo Social. El estadio Atenas explotaba desde temprano. Cada unx, fuimos acercándonos con el termo y el mate para buscar un lugar y poder escucharlo.

Al evento concurrieron diversas organizaciones sociales y agrupaciones estudiantiles, cánticos de múltiples colores gritaban por “La Patria Grande de América Latina”. Luego de dos bailes típicos bolivianos y del protocolo universitario de presentación y agradecimiento se leyó una carta que Milagros Salas envió al foro, agradecida por el apoyo y denunciando la injusticia de su arresto junto a 11 compañerxs de su organización. Minutos después, luego de que se le entregara un obsequio realizado por un artesano local, García Linera se paró y comenzó a hablarnos.

En esos momentos pareciera que no alcanzan las manos para poder anotar algunas frases que te querés llevar, que querés leérselas a otrx compañerx, que querés compartir; algunas de ellas te hacen un nudo en la panza y te emocionan. Son palabras que te llenan de ganas, de esperanzas y que afirman el por qué estás donde estás.

Tan claro como su pensamiento, García Linera comenzó hablando de la desigualdad. La definió como “el índice de injusticia y dolor que tiene una sociedad”, recordó cifras de las desigualdades en nuestro continente durante los años neoliberales y mencionó el crecimiento económico y desarrollo humano que lograron en Bolivia junto a Evo.

Como era de esperar reflexionó sobre el duro momento que vive América Latina, retrocesos y estancamientos con la derecha al poder. Frente a ello comenzó diciendo: “pensar que todo lo resuelve el Estado, abandonando la sociedad civil, puede llevar más temprano que tarde a que la derecha se reconstituya."  Además, sostuvo que “ninguna sociedad puede cambiar la dominación sino hay autoconocimiento social, hay dominación porque se naturaliza la injusticia”.

No faltó su reflexión político marxista, firme y convincente aseguró: “no puede haber victoria política si previamente no ha habido una victoria simbólica”, agregando “vivimos en tiempos donde cobra importancia la lucha cultural, la lucha de las ideas”, y si nada de eso era suficiente sintetizó “vivimos tiempos gramscianos de batalla cultural y de ideas. Pero un debate gramsciano sin remate leninista es un homenaje a la impotencia cultural” además argumentó que "un proceso revolucionario es un constante ir y venir entre Gramsci y Lenin, Lenin y Gramsci", en ese momento estallaron los aplausos y se generalizó una inmensa sensación de esperanza.


Finalizando su discurso nos regaló dos reflexiones que erizaron la piel de más de unx: “la historia está de nuestro lado, hoy vivimos un repliegue temporal" para luego exclamar fuerte “peleen, cáiganse, levántense nuevamente, sigan peleando, peleando hasta que se caiga el universo”.

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