lunes, 12 de mayo de 2014

Por un mar boliviano

La salida al mar, para cualquier país no sólo significa una vía de comunicación con el resto del mundo, sino que también implica la oportunidad de expandir las posibilidades económicas y políticas de una Nación. Bolivia, precisamente carece de este beneficio. Su presidente, Evo Morales, a mediados de abril pasado, presentó ante la Corte de La Haya una demanda marítima contra Chile, 135 años después de que el Ejército chileno clausurara de manera permanente la salida al Pacífico para el país boliviano.



“El mar para los bolivianos es irrenunciable. Bolivia jamás se quedará en paz hasta que no se resuelva este tema”, aseguró Morales, dando cuenta de la importancia que retoma esta problemática para su mandato. Una muestra de esto, es la creación nacional de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, y la designación del exmandatario Eduardo Rodríguez Veltzé como agente oficial ante La Haya.
Sin embargo, los caminos judiciales de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no siempre son tan veloces como efectivos. Tras la presentación del Gobierno boliviano, -en abril de 2013 Bolivia ya había presentado una primera demanda exigiendo el derecho “originario y legítimo” a recuperar la soberanía marítima-, Chile deberá tomar una decisión. Michelle Bachelet, actual presidenta chilena, por el momento se reúsa a negociar pacíficamente un acuerdo.

Esta importancia de la que Morales habla en cada oportunidad que se expresa sobre este tema, no es tomada con tal validez por muchos de los países que iniciarían un conflicto bélico con la sola amenaza de perder un puerto y que lejos de posicionarse a favor de una unidad entre naciones,se han mostrado “neutros” a esta mutilación a la expansión política y económica que padece Bolivia. Un capítulo aparte, es la tan cuestionada función de los medios de comunicación masivos que, al menos en la Argentina, evitaron detallar la presentación de la memoria jurídica ante La Haya.

Para pensar a una Latinoamérica Unida, la recuperación de la salida marítima no es un simple capricho político, sino que significa reivindicar y luchar contra el único brazo que siempre ha intentado hundir al pueblo latinoamericano más allá de lo imaginable: el imperio. Hacia 1879, las empresas británicas, aliadas a Chile y Perú, llegaron por los yacimientos de salitreque se ubican en el desierto de Atacama. De esta manera, comenzó el saqueo bélico más conocido como la “Guerra del Pacífico”, frente a una Bolivia que antes de poder prepararse para un enfrentamiento, se vio derrotada en Antofagasta.

De esta manera, le arrebataron a Bolivia unos 120 mil km2 de territorio y 400 km de costa, y se logró mitigar el esperado reclamo boliviano con el “Tratado de Paz y Amistad” firmado en 1904. Ya sea por el Golpe de Estado de 1973 contra Salvador Allende en Chile, por los fracasos de la etapa dominada por el dictador Augusto Pinochet o por la indiferencia a una pronta solución para Bolivia por el reciente Gobierno de Sebastián Piñera, el país de Evo Morales continúa sin una salida efectiva al océano Pacífico.

Tras la presentación de Bolivia, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, calificó a esta acción como “una demanda artificiosa, que carece de fundamento jurídico, y que revierte un proceso de diálogo constructivo y de generación de confianzas mutuas que Chile ha privilegiado”. Sin embargo, esta frase no parece verse reflejada en la historia de este conflicto, ya que siempre que se retomó el diálogo, ya sea por orden de Chile o Perú, las negociaciones terminaron fracasando. De igual manera, Bachelet cerró la posibilidad actual de diálogo al sostener que si Bolivia llevó el debate a La Haya, será allí donde se definirá el conflicto.

Por más que suene más televisivo que lo deseado, la gran pregunta radica en ¿qué decisión tomará Chile? ¿Escuchará el legítimo reclamo boliviano y extenderá -al menos una vez- un fraternal abrazo a la integridad de los países latinoamericanos o volverá a repetir la historia del último siglo, satisfaciendo a las garras del imperio para que la BBC y la CNN puedan llenar sus grillas? La respuesta, al menos esta vez por medio de la justicia, tiene un tinte boliviano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario