viernes, 10 de marzo de 2017

Macri habló, el pueblo respondió

Tras un discurso cargado de profecías en la apertura de sesiones legislativas, el gobierno de Mauricio Macri se encontró esta semana con una cuota de realidad marcada por tres días consecutivos de movilizaciones y paros.



El discurso de Macri flotó entre frases vacías de contenido, el balance de lo realizado hasta ahora se resumió en que “el país está saliendo adelante”, y el plan para el futuro es “creer en el cambio”, no profundizó en qué hay que creer específicamente, y apeló a un discurso político basado en los sentimientos y emociones “que son lo más real que tenemos”.

Las consignas en educación fueron “lograr una revolución educativa en todo el país” y “cuidar a lxs docentes”. Es extraña la forma de cuidar de este gobierno que decidió suprimir la paritaria nacional docente, tener “esperanza en el cambio” se está complicando para aquellxs a quienes se les exige que llenen las aulas por vocación pero que se les niega el acceso a un salario que alcance a la inflación. La respuesta fue el paro y la movilización, donde las consignas defendieron la escuela pública, reclamaron por un salario digno y rechazaron el recorte presupuestario en las áreas pedagógicas del Ministerio de Educación.

Por su parte Vidal llamo a lxs voluntarixs que se ofrecieron a suplantar a lxs docentes que adherían al paro, una forma más de desprestigiar el trabajo docente y de juzgar de irresponsables a quienes “dejan a lxs niñxs sin clases”. Al momento de hablar de sus propias responsabilidades, la mandataria se puso la mano en el pecho diciendo que sabía que ella tenía que pagarles mejores salarios pero que no era ella la que se negaba a dialogar, sino que era el Ministro de Educación, y por eso pedía reflexión en cuanto al paro, un 20% hacerse cargo, un 80% la culpa es del Ministro, faltaría hacerse cargo de que es parte de su propio gabinete.

A los ojos de Macri el país está saliendo adelante, pero los días que siguieron a su discurso mostraron más bien que las personas están saliendo a la calle, porque los despidos no frenan, porque los salarios no alcanzan, porque los recursos del estado en todas las áreas son cada vez menos y asistimos al vaciamiento en salud y educación. En su discurso se dio un lugarcito para hablar de Ni Una Menos, pero no dio un lugarcito del presupuesto a la apertura de más refugios para mujeres en situación de violencia. Y así transitamos la Argentina de Macri, con mucho discurso al que le falta realidad, y una realidad a la que le sobra discurso.

Ahora bien, no solo el 6 y 7 de marzo existió un paro nacional, el 8 de marzo, en el marco del día internacional de la mujer trabajadora, las mujeres de todo el país se unieron al paro nacional de mujeres, no existieron palabras de ninguna persona del pro que refiera al 8 de marzo como un día de lucha, paro y movilización, pero el movimiento de mujeres se encargó de levantar la consigna “si nuestras vidas no valen, que produzcan sin nosotras”, y miles de mujeres salieron a la calle en todo el país, pararon en sus lugares de trabajo o se manifestaron de distintas formas si les impedían parar.

Del gobierno creador de “hay que es esperar el segundo cuatrimestre”, llega: “El 2017 será, estoy seguro, mejor que el año anterior”, no se sabe con certezas cómo será esa mejora, por el momento solo se sabe de despidos y recortes presupuestarios en recursos del estado, mientras tanto seguimos esperando. El llamado es a “creer en este cambio”, ¿por qué hay que creer? Eso es, al mejor estilo religioso, un dogma de fe.

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