jueves, 20 de octubre de 2016

“Mujer escucha, únete a la lucha”

#ENM #EncuentroNacionalDeMujeres

¿Cómo explicar todas y cada una de las sensaciones que pasan por nuestro cuerpo cuando volves de un encuentro? Otro año más miles de mujeres copamos una ciudad para encontrarnos, para discutir, para intercambiar y por sobre todas las cosas para construir herramientas de lucha, distintas estrategias que batallen al sistema patriarcal y capitalista en cada una de sus múltiples explotaciones.
Somos mujeres diversas, con distintas trayectorias, historias, creencias, culturas pero todas mujeres que luchan por un sistema que deje de oprimirnos, violentarnos y matarnos. Unos días antes del Encuentro Nacional de Mujeres la ciudad rosarina estaba empapelada con afiches de mujeres en tetas donde decía “Así no, un encuentro sin violencias”. ¿Nuestras tetas son signo de “violencia”? ¿Qué afiche figura el “así no” frente a la violencia patriarcal que nos mata cada 36hs? Nosotras, juntas y organizadas, tenemos 3 días en el año para sentirnos seguras de copar las calles: sueltas, peludas, hermosas y libres. Solo tres días donde nos hermanamos, nos escuchamos, nos cuidamos.
Es difícil de transmitir lo que una siente cuando en un taller con decenas de compañeras que no conoces y que probablemente jamás volverás a ver, sentir la plena seguridad de decir todo lo que pensas, lo que sentís y cómo vivís ser mujer. Claro está que no siempre se comparten las mimas opiniones y que muchas veces a nuestro interior siguen existiendo violencias que reproducimos entre nosotras mismas, pero el encuentro es exactamente eso: poder elegir cómo y de qué manera queremos construir al feminismo.
No toda mujer por el simplemente hecho de serlo representa la hermandad, pero las que sí estamos de este lado de la mecha generamos un encuentro distinto a todos los demás. Cada Círculo de mujeres nos hace un poco más poderosas, más solidarias para confiar que solo organizadas en un movimiento de mujeres en lucha podemos cambiar la historia, hacerle frente a las balas de goma, a los gases, a las piedras, a los medios de comunicación que nos demonizan, y a la mirada de muchos otros que siguen pensando que estamos locas y que somos terroristas.
Una vez más, como en Mar del Plata, la policía con todo su armamento “cuida” a la catedral y a sus fieles quienes, como todos los años, están en la puerta rezando. Una vez más, las fuerzas represivas del Estado “custodian” a esta institución religiosa.
Institución que a lo largo de nuestra vida se ha encargado de oprimirnos, de inculcarnos una moral y forma de ser de mujer sumisa. Una institución que quiere todas vírgenes marías.
Pero muy lejos de eso estamos. Porque juntas ya no tenemos miedo. Hoy somos mujeres que buscamos empoderarnos. Que estamos cansadas de que nos digan qué hacer. Que queremos bomba al heteropatriarcado. La Iglesia, la policía, los machos, los fachos, todos se empeñan en querer inculcarnos un miedo que nos paralice. No le vamos a dar el gusto.
“Y sin embargo acá estamos, como siempre, firmes rabiosas y organizadas en las calles que son nuestras rechazando el privilegio del miedo en el que jamás nos esconderemos” (Poema de Quimey Figueroa)
Fotografía: Selene Clidas

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