lunes, 9 de mayo de 2016

HACKEAR EL SISTEMA

A 4 años de la sanción de la Ley de Identidad de Género Otro Viento dialogó con Francisco Sfeir, militante de la Coordinadora Antirepresiva LGTTTBIQ de la ciudad de La Plata ¿Qué importancia tiene hablar de una conquista en “materia legal”?  ¿Cómo continua la militancia trans? Son algunos de los temas que charlamos con Francisco quien asegura que, pese a todas las problemáticas cotidianas, la Ley es un triunfo de la lucha y resistencia y que la militancia trans viene a “hackear el sistema”



A  cuatro años de la sanción de la Ley de Identidad de género ¿Qué  reflexión podes hacer sobre la implicancia que tuvo para la comunidad travestis, transexual y transgéneros?

Haber logrado que se sancione la Ley para nosotres fue un triunfo, estamos muy orgulloses de haberla conseguido, implica tener un marco legal que nos ampara. La Ley fue, por así decirlo, el primer paso para empezar a estar dentro de las instituciones. El Estado empezó a reconocernos después de muchos años de olvido, a partir de ahí comienza otro tipo de militancia, una militancia en la cual nosotres,  ya estando “adentro”, podemos pelear por más inserción y más inclusión. Hay que seguir en la lucha, por ejemplo con las cuestiones del artículo 11 de la Ley de Identidad de Genero sobre la salud integral.

Según la Ley las  operaciones se pueden hacer en hospitales públicos pero hay una resistencia de las obras sociales, si es que las personas tienen. Los hospitales no dan la medicación gratuita, la tenés que pagar vos, no tienen fondos para proporcionar la testosterona o estrógenos para los tratamientos hormonales, y es una complicación más en este panorama en el que el recorte de parte del Estado implica menos derechos y es aún peor para las personas trans.

Respecto a su implementación ¿Qué sucede en el día a día? El artículo 11 se reglamentó recién en mayo del 2015 y según las estadísticas la comunidad trans tiene un promedio de vida hasta 35 años  ¿Qué  implicancia tiene hablar de acceso a la salud integral? ¿Qué cambios hubo a partir de entonces? 

Ley permitió un debate en la sociedad, las personas trans estamos visibilizadas, nos estamos haciendo ver y la gente nos ve, eso hace que en un montón de lugares que transitamos diariamente las personas que se topan con nosotras sepan sobre lo trans, sepan que tenemos derechos y que estamos empoderadisimas.

Ahora bien, el  tema de la salud tiene dos vías, porque nosotres tenemos esta especificidad de la salud trans, pero también tenemos la salud que tiene cualquier ser humano, tenés gripe, te descompones, etc. Muchas de las personas que laburan en hospitales no saben sobre lo trans, no saben sobre nuestros cuerpos. Este hecho tiene que hacernos reflexionar sobre la formación en medicina, por ejemplo, sin ir más lejos vale preguntarse ¿qué formación tienen en la UNLP sobre lo trans? Eso es algo que la Ley tiene que promover, es algo que nosotres exigimos.

¿Qué significa para vos militar en un espacio de género? ¿Qué trabajo llevan a cabo desde la Coordinadora Antirrepresiva LGTTTIQP La Plata y qué implica hablar de militancia antirepresiva? 

En la coordinadora somos un montón de personas de diferentes lugares, independientes y militantes organizades, la coordinadora surge por la militarización de la zona roja, fue el motivo por el cual empezamos a nuclearnos y a militar. Decimos que es antirepresiva  porque surge de eso, pensar lo antirepresivo nos hace reflexionar sobre la relación que tenemos nostres les trans con las diferentes instituciones del Estado.

También algo importante que llevamos adelante es la lucha el 24 de marzo cuando empezamos a dar pelea en la multisectorial para que se visibilice a les desaparecides LGBT, y para que se tome una actitud frente a la situación que se da todos los días y durante muchos años en la zona roja. Fuimos a hablar con militantes de izquierda a interpelarles, estamos tratando de empezar a ocupar espacios y de interpelar instituciones, y ese es un trabajo re difícil para nosotras que somos “locas, mounstras, putos, lesbianas, maricas,  tortilleras”, porque siempre nos excluyen, la izquierda un montón de veces excluyó a sus militantes maricas y tortilleras.

A mí personalmente la militancia me genera ganas de seguir viviendo, es luchar para  transformar la realidad, por eso la militancia trans es tan fuerte y cuesta tanto, porque viene a desandar lo estructurado que es el género. Eso desestabiliza a este sistema donde ni bien naces te asignan ser hombre o ser mujer y los roles que debes cumplir. Por eso es hackear el sistema, y por eso la militancia trans no es solo de la militancia trans, sino que es cuestión de Derechos Humanos.

Por Colectivo Cultural Otro Viento

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