martes, 13 de agosto de 2013

- CONTRATAPA Y EDITORIAL - Otro Viento N° 9 -



Chevron Mata



En mayo del año pasado el gobierno nacional anunciaba a viva voz y con el pecho inflado de orgullo la nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). La medida apuntaba a expropiar el 51 por ciento de las acciones que hasta ese momento estaban en manos de Repsol. Sin embargo, hace apenas unos días, el mismo gobierno que “nacionalizó” YPF cedió a la multinacional Chevron la exploración y explotación de los yacimientos de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén. ¿Nacional y popular?

El decreto que instrumenta el Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos, poco tiene que ver con la Ley de Soberanía Hidrocarburífera, que proponía a los hidrocarburos como un recurso estratégico nacional en cuanto a la regulación energética. Poco tiene que ver también con el discurso de soberanía del que se viene enarbolando el kirchnerismo.

Entre otros puntos, el mencionado decreto establece que se le otorga a Chevron –ex Texaco- la exoneración del pago a los derechos de exportación a partir del quinto año de ejecución del proyecto; establece la libre disponibilidad de las divisas provenientes de la dicha exportación y no propone una reglamentación de la extracción que prevea los impactos ambientales que ocurrieron en otros lugares del mundo con el fracking. Ahora bien, ¿qué es Chevron y qué es el fracking?

Chevron es una petrolera estadounidense, que actúa a nivel transnacional y que está catalogada como una de las mayores empresas industriales del mundo. En Nuestra América ya hemos tenido el placer de ser visitados por esta simpática compañía. Fue más precisamente Ecuador quién oficio de anfitrión, cuando a partir del año 1964 entregó 1,4 millones de hectáreas de la amazonia ecuatoriana para que fueran exploradas. Veamos en números los resultados de aquella visita:

- Derramó 103 millones de litros de crudo
- Arrojó a los ríos 63 mil millones de litros de agua tóxica
- Contaminó 500 mil hectáreas de suelo
- Afectó de forma directa a más de 30 mil personas

Otro dato no menor es que, al momento de que Chevron comenzara su actividad, en la zona existían 8 tribus pertenecientes a los pueblos originarios. Cuando la petrolera abandonó esos territorios, solo quedaban 6. Cercanos a los yacimientos de Vaca Muerta también habitan pueblos originarios, y nada hace pensar que el trato de la multinacional para con ellos será diferente.

El 3 de noviembre de 1993 se inició en Nueva York un juicio a Chevron por los daños causados a Ecuador. Sin embargo, por pedido de la petrolera, el juicio fue posteriormente realizado en los tribunales ecuatorianos, ya que por época la mayor parte de los jueces eran afines a la empresa. Fue recién en el 2011, y de la mano de Rafael Correa, que Chevron fue declarada culpable y obligada a pagar 19 mil millones de dólares. Cifra que hasta hoy no pago.

El método utilizado por esta empresa para la extracción de gases naturales es la fractura hidráulica o fracking, que consiste en la inyección en el subsuelo de agua a alta presión, mezclada con diversos productos químicos y arena. Como consecuencia, los gases naturales fluyen a la superficie y pueden ser extraídos… pero aún hay más. El fracking, prohibido ya en varios países, también provoca:

- Aumento de la actividad sísmica
- Mayores emisiones de gases de efecto invernadero
- Contaminación del aire con sustancias de alta toxicidad
- Contaminación del agua superficial y subterránea

Aceptar o no, así sin más, que una petrolera transnacional haga uso y abuso de los recursos que legítimamente nos pertenecen, es responsabilidad de toda la sociedad. Como afirma el comunicado de la Confederación Mapuche de Neuquén es “el conjunto de todas las vidas lo que está amenazado”, y no sólo las de los pueblos originarios. Como afirma el comunicado, Chevron mata.

ILUSTRACIÓN: Martín Zinclair

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