jueves, 18 de julio de 2013

Arrebatar el sueño, esa es la osadía

Banda: Cielo Razzo
Cd: Crónicas (2012)

Una producción que se encargue de recopilar una serie de “grandes éxitos” de Cielo Razzo, es cuanto menos, necesaria. A 20 años de su formación, y a 12 de la edición de su primer Cd, es un momento indispensable para parar la pelota y ver todo lo que se hizo hasta ahora.




Resulta extraño que en esta antología no haya entrado ningún tema de sus últimos tres discos de estudio: Grietas (2007), Compost (2010) y Sideral (2013), por lo tanto las canciones que podemos escuchar se reducen a sus tres primeras placas: Buenas (2001), Código de Barras (2003) y Marea (2005).
Los rosarinos nos reciben con la hermosa melancolía de Miradas, y ese estribillo que nos hace acordar a tantas relaciones de pareja frustradas; “que la culpa cautive tu vida, ansioso de verte escapar de lo que nunca podrás”. El resentimiento que muestra aquí, nos deja un halo de esperanza camuflado en un riff potente acompañado por la desgarradora voz de Pablo Pino.

Las primeras cinco canciones no nos dan respiro. Todos temas bien arriba, que nos hacen ir desde el grunge potente de Luminoso, hasta las ganas de bailar con la versión disco de Bébelo: “Tu cuerpo sabe nena, que no me detendré, tus piernas saben y queman como dulce café.” Un pedazo de letra bastante libre de metáforas, algo a lo que no nos tiene acostumbrado la banda.

Luego de este combo completado con canciones bien rockeras como Alma en tregua y Otoño Blanco, viene Por llegar, y nos hacen “bajar hasta el suelo toda alegría que había en mi cielo”.  “La tristeza y dolor” tienen su lugar en esta especie de folk-rock, un estilo en el que los rosarinos se sienten comodísimos. El bloque de tranquilidad y nostalgia se completa con Arde.

Todo muy lindo, nos encantan las canciones de desamor. Pero los pibes y las pibas quieren rockear. Y si hablamos de rockear, que mejor que Charlone: las guitarras de Diego Almirón y Fernando Aime encajan perfectamente con la batería a cargo de Javier Robledo. “Ya nunca jamás olvidaremos lo que fuimos”. Así te reciben. Manejalo.

Y llegó Luna ¿Y qué pasa cuando llega Luna? Hay que agitarla, hay que moverse. El bajo te pega en la panza todo el tiempo, y la invitación al pogo está presente de principio a fin. Y también está la utopía, esa que nos gusta tanto, “arrebatar el sueño, esa es la osadía”…

Rozando el final, el aire funky se apropia de los parlantes. Estrella es una de las mejores formas de visualizar lo versátil de la banda, la capacidad de mezclar estilos y romper con los estereotipos que dicen que hay que encasillarse en un solo género. A la canción la acompaña una letra muy sentida que casi suplicando pide “un amanecer, dame solo un amanecer”.

Las últimas cuatro canciones alternan entre la balada rockera de Esquina con la crudeza de Perseguido. Para darle el broche de oro, la introducción con estilo de chacarera de Vieja Caña resulta una buena decisión y para finalizar bien arriba nada mejor que Mi Refugio (que también es la última canción de Marea). Tal vez la letra nos da un guiño de porque deciden terminar de esta manera:


“Esta vez lo que brilla es tu arte, esta vez tu bandera te atrapa,
la más dulce canción que no entiende razón”.

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