Otro
Viento se acercó en una tarde soleada al partido de General San Martin donde en
plaza Billinghurst nos encontramos con Dany Lescano, un referente de la cumbia
villera. Dany, luego de una corta espera, llegó acompañado por su mujer
embarazada y su hijo más chico de dos años.
La charla comenzó en un banco a la sombra, un lugar que de alguna manera fue elegido por Dany para dialogar sobre su recorrido por el mundo de la cumbia.
La charla comenzó en un banco a la sombra, un lugar que de alguna manera fue elegido por Dany para dialogar sobre su recorrido por el mundo de la cumbia.
¿Cómo era tu vida antes de formar el grupo
Flor de piedra? ¿Cuándo
y cómo surge la banda?
Yo soy del barrio de Tigre de la
zona norte, ahora vivo acá en San Martin porque mi mujer es de acá; me casé
hace un año. Cuando arrancamos nosotros con la cumbia norteña teníamos un grupo
que se llamaba “La Charanga”, ahí tenía unos 20 años, ahora tengo 57, y
empezamso con ese grupo grabando un par de CD pero no tuvimos suerte. Después
de un tiempo, me encuentré con Pablo Lescano, y él me presentó los temas y
empezamos a grabar “Flor de piedra”.
¿Cómo llegaron a consolidarse como grupo?
Pasamos por varias compañías discográficas donde
guardaban el CD en el cajón y nos decían “después lo escuchamos”, y nosotros les
decíamos “no, entonces no”, hasta que llegamos en 1999 a Leader Music, una
compañía discográfica donde Juan Costa era el encargado. Nos dijo “vamos a
escucharlo”, lo puso en unos parlantes grandes, lo escuchó una y otra vez y
dijo: “che, me gusta esto”. Se lo mostró al dueño de la compañía y nosotros nos
fuimos, le dejamos el disco porque nos dieron bola y lo escucharon, y cuando
llegamos a casa ya habían llamado para que grabemos el disco. Y así empezamos
como “Flor de pierda”.
Nos contaste que venias de tocar cumbia
norteña, ¿qué los llevo a elegir a la cumbia villera como género musical?
Como
primera medida nosotros queríamos
hacer otra cosa, queríamos hacer algo original y no copias. También lo que influyó
es que nosotros andábamos por las villas, por los barrios y veíamos que tenían
otros movimientos distintos a otros barrios como por ejemplo Palermo, tenían
otras costumbres. En los bailes también observábamos lo que hacían y lo que
pedía la gente, desde arriba de los escenarios se ve todo.
¿Qué
intentan mostrar sus letras?
Ser originales, ser distintos a todos,
queríamos explotar por otro lugar. Antes se hablaba solamente de amor, de ‘no
me engañes’, de ‘que te quiero, te extraño’, entonces ahí salimos nosotros
dando un giro de 180 grados a la cumbia. Por ejemplo, el tema que más pegó fue
“Sos un botón” porque nadie hacía letras contra la policía, nadie. Este tema me
lo pasa Pablito Lescano, yo salía de la cárcel y pensé: “No, voy a caer preso
otra vez, dejate de joder”, porque el tema hablaba de un loco que andaba con
nosotros de joda y después se hace cana y termina queriendo meternos presos a
nosotros, entonces le cantábamos a la policía: “Vos sos un botón, nunca vi un
policía tan amargo como vos”, y al final me terminó convenciendo.
¿Qué
pensas cuando dicen que sus letras hacen apología a las drogas y al delito?
Yo creo que exageran, lo que vos haces no tiene que ver con lo que escuchas, lo que yo canto no puede incentivarte a nada si vos no querés.
Yo creo que exageran, lo que vos haces no tiene que ver con lo que escuchas, lo que yo canto no puede incentivarte a nada si vos no querés.
Como vos bien
dijiste, temas como “Sos un botón”
reflejan cómo era la relación de la policía en el barrio. ¿Qué análisis
realizas?
Yo viví la época de los militares y eso era
muy distinto a lo que es ahora, donde había mucha represión y teníamos otra
visión. La policía antes era peor que ahora porque venían con la escuela de los
militares, te llevaban, te mataban, desaparecías y listo. Nosotros con las
letras reflejábamos lo que pasaba, la inseguridad que hay y hubo siempre, lo
que pasa es que ahora hay más cámaras, los programas de televisión se meten en
los barrios y ves todo lo que pasa en todos lados, también hay mas cámaras de
seguridad entonces ahora se ve más.
¿Por qué crees que la cumbia alcanzó altos niveles de masividad?
Porque nosotros cantamos para
que la gente se divierta, para que la gente baile. Cantamos en todos lados y
con todos los sectores sociales. Nuestra música se
escucha mucho en las villas, en la gente humilde y en las bailantas. Después se
fue metiendo en los boliches, se fue metiendo en la gente que por ahí antes pensaba
que la cumbia era de grasa.
Por ejemplo, ahora toco en
Palermo Soho y todos se vuelven locos, gente de otro nivel económico que
baila y canta nuestros temas. Nos ha
tocado ir a fiestas re cogotudas y la gente alentaba “Flor de Piedra” y se sabía
todos los temas.
¿Cómo es la recepción de la banda en el interior del país?
Ahora justo nos vamos a
Neuquén, la gente en el interior es más expresiva, ellos nos ven siempre por
televisión, entonces cuando vas allá a tocar se vuelven locos. Lo mismo nos pasa cuando viajamos a otros
países, por ejemplo en México la recepción es muy buena. Es loco ver que en el
exterior se saben todos los temas.
Se dice que la cumbia villera muchas veces denuncia las cuestiones
marginales que se viven en la villa. ¿Crees que de alguna manera hoy han
perdido lugar las reivindicaciones sociales?
Hoy la cumbia villera no es lo mismo, ahora te
dicen que son villeros y no son, villeros eran los de antes, ahora las letras
dicen otras cosas. Hoy no hay gente que
escriba realidades verdaderas, cualquiera canta cualquier cosa, desafinando o
no desafinando. La sociedad ha cambiado, los chicos hoy no tienen oído. Hoy no
es lo mismo que antes, la situación no es la misma. La sociedad cambia.
¿Te marcó
haber sido el pionero dentro de la cumbia villera?
No, yo sigo siendo el mismo de antes. El que
me conoce sabe que soy el mismo, yo converso con todo el mundo. Tengo mucho
contacto con la gente, hay artistas que no se relacionan con la gente y por eso
a mí me ven distinto. Yo estoy orgulloso de haber sido el primero en la cumbia
villera.
¿Te molesta cuando utilizan el término “villero” como
calificativo peyorativo?
A mí no me importa si algunos
dicen villero para agredirnos. Hay gente que escucha nuestros temas y la agita,
y después te dicen que sos un grasa. Discriminación hay en todos lados.
La cumbia, como otros géneros musicales, tilda a la mujer de fácil y la
representa como un objeto sexual. ¿Qué reflexión tenés
sobre esa construcción?
Los temas dicen
eso de la mujer porque es lo que vende, yo se que a veces queda agresivo pero
es lo que le gusta a la gente. Dicen cualquier cosa y vende igual.
Vos sos un tipo que esta siempre cerca de la gente ¿cómo ves a
las villas hoy, con las mismas
problemáticas o han mejorado?
Las villas son
siempre iguales, cada vez hay más inseguridad. Para mí todos critican mucho a
la Presidenta, y tienen un cero kilómetro y se van de vacaciones; estamos mejor
que antes. Yo no soy de ningún político,
y trato de darle lo que más puedo a la gente. Para mi estamos bien pero habría que estar mejor con el país hermoso
que tenemos… Igual con las villas las cosas no cambian y siempre fue así.
La entrevista
mantuvo siempre el clima cálido y cercano que representa Dany, un músico que
sigue conservando la esencia del cantante popular y que como dejó plasmado en nuestro
encuentro, sigue siendo el mismo que antes. Luego de algunas indicaciones,
retomamos la autopista de vuelta a La Plata, con la certeza de haber sentido el
espíritu de la cumbia villera en vida.
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