El viernes 19 de abril
todas las organizaciones del campo popular se encontraban en vigilia en los
Tribunales de Comodoro Py, a la espera de la lectura de la sentencia por el
asesinato de Mariano Ferreyra.
Entre mates y ansiedad, nos encontramos con Itai
Hagman, economista, docente, ex presidente de la FUBA y referente de Marea
Popular, para que nos cuente cómo emerge ésta organización, sus objetivos y la
necesidad de plantear, en Capital Federal, una alternativa por izquierda al
Macrismo y al Kirchnerismo.
Otro Viento: ¿Cómo surge Marea Popular?
Itai Hagman: Nace
de la unidad de distintas agrupaciones que venimos de experiencias de
militancia universitaria y territorial y que en los últimos años, junto con
otras organizaciones, encontramos un
espacio en común con una serie de principios o valores que tienen que ver con
trabajo de base, con la construcción estratégica de poder popular, con una
mirada anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal. Hay también una serie de definiciones generales y
con una lectura común no solamente de la Argentina , sino también
a nivel latinoamericano, donde hay un quiebre con respecto a lo que era la
época del neoliberalismo y donde hay un avance de la lucha de los pueblos, y en
algunos casos, con gobiernos que acompañan esos procesos.
Particularmente en la Argentina , hay una lectura parecida de este
momento complejo que estamos viviendo, con la convicción de que hay que
construir una nueva fuerza. No nos sentimos representados por el kirchnerismo
ni por las alternativas de oposición. En esa búsqueda de no estar representado
por ningún espacio, surge Marea Popular de la fusión de tres organizaciones:
Juventud Rebelde, Rebelión y Socialismo Libertario. Nace con la decisión de no
dejar la militancia cotidiana en el trabajo de base, de avanzar en la
construcción de un proyecto político que pueda dialogar con millones de
argentinos que no están representados en esta polarización política.
Hemos visto que debemos plantearnos el problema de la
discusión del poder y quedándonos solamente
en la militancia local, territorial, estudiantil, no alcanza.
Existe una división
muy fuerte entre las fuerzas electorales que suelen carecer de militancia de
base, pero que tienen cargos institucionales, y por otro lado la militancia de
base que suele carecer de proyección política. Hay que terminar con esa
dicotomía, tratando de hacer las dos cosas a la vez.
Otro Viento: ¿Cómo se hace para militar elecciones sin descuidar esos
espacios de organización de base?
Itai Hagman: El
tema es cómo participas en elecciones, con qué objetivos. Si tu objetivo es
meter un diputado, efectivamente, es muy probable que eso termine
superponiéndose con los objetivos que tiene la militancia de base todos los
días. Pero si tu fin es en lo electoral, expresar justamente la militancia que
haces todos los días, visibilizarla incluso en los grandes medios de
comunicación, la manera que se puede hacerlo sin perder el trabajo de base, es expresándolo
en las elecciones. Si además podamos poner un diputado mucho mejor.
El objetivo es
mostrar que existe otra cosa. Argentina no es sólo PJ y kirchnerismo y
oposición o partidos tradicionales de izquierda. Hay otro espacio político, no
solo Marea Popular, sino muchas organizaciones que formamos parte. Queremos visibilizar eso y ponerlo en
discusión con el resto de los espacios.
Otro Viento: ¿Qué posibilidades ven como marco de alianza? ¿Por qué no con el Frente de
Izquierda?
Itai Hagman: Creo
que hay una cuestión que tiene que ver con que lo electoral tiene sus propias
reglas de juego. Es verdad que uno podría optar por ir solo y expresar lo que
uno es y no deja de ser una opción, pero también es necesario poder trabar en
diálogo con una población lo más amplia posible.
Hay un sector amplio de la población que cree que el kirchnerismo
es un gobierno autoritario y avasalla las libertadas individuales, que se
expresan en los cacerolazos. Otro sector que se identifica con el gobierno y
los conflictos que tiene con sectores de poder como Clarín, Sociedad Rural,
etc. Pero, no hay un sector importante de la población que esté esperando u
apoye una propuesta como puede ser la del frente de izquierda. Para nosotros la
diferencia con el FIT es que uno, sosteniendo sus principios y convicciones,
tiene que dialogar con esos sectores de la población que hoy pueden acordar con
el kirchnerismo o en espacios progresistas.
¿Cómo construimos un discurso que pueda dialogar con una
ciudad de 3 millones de habitantes?
Nosotros, en ese sentido vemos que el espacio del Frente de Izquierda
acota mucho las posibilidades de dialogar con sectores amplios de la población.
Tiene que ser una propuesta de coherencia política. De ninguna manera nosotros acordamos con la
lógica de sumar alianzas para lograr más votos como se estila en otros
espacios. No me gusta hablar mal de los demás, pero para explicar las cosas a
veces es necesario. Por ejemplo, el
acuerdo que está cerrando Pino Solanas con Carrió responde a una lógica
exclusivamente de cálculo electoral y no
tiene nada que ver con el desarrollo de un proyecto. Al mismo tiempo, hay que tener
amplitud, hay organizaciones, personalidades que no son exactamente
iguales a uno, pero que pueden dar un espacio para expresar lo que uno es y
encontrar los puntos de contacto.
Otro Viento: No te voy a pedir ningún ejemplo, pero ahora hay una
disputa por el caballito de batalla que es Luis Zamora, en un principio
coqueteó con la izquierda …
Itai Hagman: Nosotros tenemos mucho respeto por
Luis porque es una persona con mucha trayectoria, un tipo honesto y coherente.
Creemos que hay punto de contacto entre lo que nosotros expresamos y lo que expresa él y también hay diferencias.
Puntos de contacto como la crítica al funcionamiento de las instituciones, esta
lógica delegativa que tiene el sistema político, por ejemplo, una de las cosas
que nosotros más reivindicamos de los procesos más avanzados del continente es
justamente la transformación del propio Estado. Nosotros no solamente queremos
cambiar la economía del país, sino también la propia institucionalidad del Estado.
Ahí hay una serie de críticas que hace Luis que nosotros compartimos.
Después, hay diferencias con respecto a las lecturas de los
procesos latinoamericanos y de medidas concretas del gobierno. Insisto que
electoralmente no sé finalmente como vamos a expresarnos, con todos esos
actores tenemos un dialogo abierto y también con muchos sectores genuinos de
Proyecto Sur que están desencantados hace tiempo y que, probablemente el enlace
con Carrió potencie ese desencanto.
Volviendo a la diferencia con el Frente de Izquierda, es que
hay una lógica un poco vanguardista, en la que yo ya tengo la política pero lo
que me falta es convencer a todos los demás.
Otro Viento: Sería casi dogmática ¿no?
Hagman: Exacto.
Hay una idea de que hay una verdad de la cual es portadora el partido y el
único problema es que todavía no convencí al resto de la gente. Nosotros no
pensamos así, nosotros no tenemos una verdad. Si somos consecuentes con la idea de que no tenemos una verdad, sería
contradictorio que después quisiéramos imponérsela a todo el resto o no
aceptáramos una síntesis entre nuestra posición y la otra.
Otro Viento: Algunos sectores de la izquierda partidaria manifiestan que se presentaron en Buenos
Aires para cortar el ascenso de la izquierda o para seguir con las
fragmentaciones ¿Qué te parece eso?
Itai Hagman: Te
soy sincero, no me gusta mucho ese debate porque siento que perdemos tiempo. El
Frente de Izquierda, el PO, en particular están poniendo empeño en denunciar lo que se está dando en Marea
Popular y realmente no se condice con la realidad. Tenemos que poner las
energías en otras cosas, no en pelearnos por el lugar de la izquierda.
Que el Partido Obrero esté tan obsesionado con Marea Popular
me parece que no tiene sentido. Si
plantean que hay un freno al ascenso, primero hay que discutir si hay un
ascenso y segundo plantear “qué es un freno”. En la política el freno o el
avance te lo da tu capacidad de interpelar a la sociedad, no una organización. Si el Frente de Izquierda observa que tiene
un freno, le aseguro que tienen un freno, pero ese no es Marea Popular. No
veo mucho ese debate que están planteando, parecería ser que es una especie de
excusa de porqué no cumplen con una expectativa que tenían. Si después no les
va bien en las elecciones, tienen una excusa, que los frenó Marea Popular.
Otro Viento: Volviendo a esto que hablas del continente, ¿Qué hay que aprender y que hay qué mejorar
de la experiencia Venezolana?
Itai Hagman: Creo que lo más importante es el
protagonismo popular de ese proceso. Por supuesto que se han producido
transformaciones estructurales en ese país, todo lo que tiene que ver con los
recursos estratégicos del país, una serie de políticas sociales que no
solamente cambiaron radicalmente la vida a las personas sino también la
conciencia. Las misiones sociales de Venezuela, que son políticas de
alfabetización, salud, acercar derechos
que antes estaban negados, no solamente producen una transformación material,
en el sentido en que la gente tenía una necesidad y ahora tiene un derecho, sino
que además, genera un cambio en la conciencia.
El protagonismo popular
se ve en cada conflicto. Hay una conciencia popular muy fuerte de qué es lo que
hay que defender. Existen distintos
mecanismos que están institucionalizados a partir de las últimas reformas de la
constitución, que es la dimensión del poder popular, que es la idea de que,
para cambiar la sociedad, ni siquiera alcanza con tener el gobierno; no
hablemos de un diputado. Si no hay
participación popular, no hay transformación social. Eso lo sabía el propio Chávez
que lo alentaba permanentemente.
Otro Viento: ¿Y qué es, entonces, la vigencia del Socialismo del Siglo
XXI?
Itai Hagman: El
planteo del Socialismo del Siglo XXI es un proyecto, un horizonte. Tiene que
ver con pensar el Socialismo no como una receta preestablecida, sino como un
proceso donde el protagonista es el pueblo. En eso Chávez fue muy claro, el
socialismo del Siglo XXI no está escrito en ningún lado, hay que crearlo. ¿Cómo
va a ser? No tenemos ni idea, es una tarea del pueblo venezolano en Venezuela,
del pueblo argentino en Argentina, pero es una definición clara de que no
queremos seguir viviendo en un sistema capitalista y que no es verdad que el
capitalismo es el único sistema posible.
Eso, es lo más importante.
Al socialismo del
Siglo XXI, no lo está discutiendo un grupo de dirigentes, lo están discutiendo
millones de personas. Si eso no es un proceso de cambio, de revolución, no sé
qué es una revolución.
Otro Viento: ¿De alguna manera reivindicas la intervención estatal en
la economía capitalista? ¿Hacia qué horizonte? ¿Al socialismo?
Itai Hagman:
Primero acá hubo una crisis de las ideas del neoliberalismo que no significa que
en el mundo ya no existe más, pero hubo una crisis en Latinoamérica. Chávez, Lula
y Cristina, todos con sus diferentes expresiones de la crisis neoliberal, son
gobiernos distintos a los que había en los ‘90.
La gran diferencia para nosotros es que
Venezuela, o los países del ALBA, tienen una perspectiva de horizonte de
ruptura con el sistema capitalista. Esto no significa que haya que decir que no
hay capitalismo en Venezuela. Hay capitalismo en Venezuela, regulado, con
intervención estatal, pero hay capitalismo. Eso sí, la perspectiva al horizonte
es la ruptura con eso.
No es esa la realidad
de Argentina, Brasil y Uruguay. Esto no significa que Cristina sea lo mismo que
Menem, son gobiernos distintos, pero ese horizonte no está. Esa intervención (que
hay) del Estado en la economía, nosotros creemos que es positiva. Nuestro
proyecto no es solamente un capitalismo regulado. Nuestro proyecto es el socialismo del siglo XXI. Eso no significa que
la intervención estatal en la economía capitalista no sea un paso deseable o
que favorezca a sectores populares. Si el Estado re estatiza YPF, es positivo,
si el Estado re estatiza las jubilaciones, es positivo. No se agota ahí nuestro
proyecto, no nos conformamos con eso, pero no dejamos de verlo como pasos positivos.
Siempre que una medida de reforma sea favorable para los
espacios populares, es un paso adelante. Es más, para nuestro proyecto, que es
de ruptura con el capitalismo, es favorable ese paso porque nos acerca más. Es
mucho más fácil plantear hoy en Argentina ese proyecto que hace 15 años atrás,
cuando no se podía discutir la intervención del Estado en la economía. Ojo,
intervenciones del Estado en ese sentido, a veces el Estado interviene como en
EE.UU donde subsidia a la
General Motors porque quebró. Eso no es regulación del
capitalismo sino que es salvataje al capital. No es cierto que en las ideas
liberales el Estado no interviene, interviene de otras maneras, en los ’90 por
ejemplo, con la convertibilidad, las privatizaciones, la flexibilización
laboral, etc.
Otro Viento: Para finalizar, sabemos lo difícil que es sostener económicamente
un proyecto político ¿Cómo se financian
ustedes?
Itai Hagman: Somos
una agrupación autofinanciada con aportes que salen de los militantes y de
actividades que realizamos. Esto tiene una gran ventaja que te permite la
independencia política, cosa que muchas organizaciones no tienen. También te da
una limitación, es difícil competir con otras estructuras que tienen otro tipo
de financiación. Esos límites van a estar y van a determinar que no podamos
ocupar todos esos espacios que están vacantes pero creemos que una parte si se
pueden ocupar.
Si bien, no tenemos
los recursos que tienen otros espacios tenemos la militancia que no tienen
otras organizaciones. Es más difícil porque es más lento. Lo que un “jetón”
habla en la tele y lo comunica a medio millón de personas, a uno le lleva una
semana repartiendo volantes y hablando con la gente en la calle.
Confiamos en todo esto, en nuestra militancia en la calle,
en la idea de que algo nuevo está llegando de la mano de la juventud. Genera
simpatía y la estamos percibiendo.
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