El caso de la familia Iaccarino pone
en evidencia la finalidad económica del terrorismo de Estado durante el periodo
1976 -1983. Su caso es uno de los 604 que registró hasta la fecha la Secretaría
de Derechos Humanos de la Nación con empresarios que fueron despojados de sus
bienes.
La historia de la familia comenzó en
la ciudad de La Plata, donde los hermanos Rodolfo, Alejandro y Carlos - hijos
de Rodolfo Genaro Valentín Iaccarino y de Dora Emma Venturino – pusieron en
práctica un plan económico ideado por Alejandro a los tempranos 17 años de edad,
registrado como Plan Económico Expansivo General (P.E.E.G.). En palabras del
mismo “era un plan económico-social compuesto por 17 bases que apuntaba a
romper con la intermediación.”
Los hermanos, aconsejados por el
empresario Alejandro Shaw, se ocuparon de unir a los trabajadores de los
distintos gremios de La Plata, para después dar inicio al desarrollo de su
actividad empresarial. Se dedicaron a la construcción de viviendas sociales,
luego a la colocación de luminarias, al asesoramiento empresarial y financiero
y mediante seis puestos de abaratamiento
en la vía pública al rubro de los productos integrantes de la canasta familiar
(carne, pan, verdura, fruta y lácteos) en lugares donde se proveía los
productos un costo muy alto: “Llegamos a reducir el precio de la carne en un 50
% y, en algunos cortes, todavía más” explica Alejandro.
El éxito obtenido por las diferentes empresas
les generó un significativo crecimiento patrimonial, con el que continuaron
desarrollando su plan . En el año 1974 compraron dos Establecimientos
agrícola-ganadero y forestal de 25.000 ha.; y en 1975 decidieron comprar una
firma dedicada a la actividad láctea en la ciudad de Santiago del Estero. A su
vez, adquirieron un avión Aerocomander Sricke-500 bimotor 0 km, versión
ejecutiva, ya que viajaban continuamente por el país.
Luego de haber re-financiado la deuda
que mantenía la firma anterior, se abocaron a generar una buena relación con
los tamberos. “Empezámos a pagarles más del doble de lo que les pagaba Sancor”
asegura Alejandro; con la idea de ir organizando una cuenca lechera en el
noroeste argentino. Pero debido a la situación inflacionaria que atravesaba el país,
decidieron entrevistarse con el gobernador Carlos Juárez de Santiago del Estero,
para que les conceda un aumento en los precios de sus productos.
El pedido fue rechazado. Como consecuencia, optaron
por pactar con distintas cooperativas norteñas productoras de lácteos (que tenían
una relación muy estrecha con Sancor). Alejandro junto con el Sr. Maculus
(directivo de COOTAM) y su madre emprendieron un viaje en el avión y lograron
firmar un Acuerdo denominado “NOA Lechero”; el cual tenía varios articulados:
de complementación tecnológica, colaboración industrial, de formación de la
cuenca lechera y entre ellos, uno de no-agresión. Cuando Alejandro y el
Contador de la empresa llevaron el Acuerdo al gobernador Juárez, solicitando
nuevamente que diera el aumento, éste ya no podía usar su frase preferida: “…si ustedes no pueden vender más leche, yo
lo traigo a COOTAM (cooperativa tucumana)”. Seis provincias firmaron el
Acuerdo: Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y Jujuy.
Estos hechos, marcan que los Iaccarino no actuaron por
mero impulso, sino que por el contrario, obraron estratégicamente en la
consecución de sus objetivos. Esto los convertía en peligrosos, como dice
Alejandro: “éramos un grupo peligroso porque incidíamos en la formación de los
precios, ámbito exclusivamente reservado a las multinacionales, y al disciplinamiento
impuesto por la economía monopólica de la Escuela de Chicago.
Los hermanos
Iaccarino figuraban en la lista no deseada desde los inicios del golpe de
Estado que comenzó el 24 de marzo de 1976. Estaban en la lista negra, al igual
que los casos Graiver (Papel Prensa), Gutheim, entre otros. Casualmente, a los Graiver
los secuestran el 3 de noviembre, a los Iaccarino el 4 de noviembre, y a la familia Gutheim el 5
de noviembre. Eso no es casualidad, el plan estaba pergeñado en detalle.
De esta manera, el 4 de noviembre de 1976, a las 8
horas de la mañana, los hermanos Carlos y Rodolfo Iaccarino fueron detenidos
junto con su padre Rodolfo Genaro Valentín Iaccarino en la ciudad de Santiago
del Estero. Al mismo tiempo, pero en Capital Federal, detuvieron a Alejandro y a
su madre Dora Emma Venturino, quien fue liberada 17 días después. Dice
Alejandro: “Nosotros pasamos por 14 lugares de detención – en cada uno de ellos
recibíamos una paliza-, 9 centros clandestinos de detención (CCD) y 2 Cuerpos
de Ejército: el I y el III.” Estuvieron en cautiverio 22 meses, viviendo en
condiciones infrahumanas, padeciendo torturas sistemáticas, hambre, falta de
higiene, tormentos psicológicos, y más. En el Comando de Operaciones Tácticas
de Inteligencia Martínez (COT 1 Martínez) les dijeron: “¡Acá se terminaron las garantías constitucionales!”, pero “ya
hacía meses que se habían terminado, pues al
momento de la detención, en Santiago del Estero, envían un mensaje al
Primer Cuerpo de Ejército, para ver si interesaba nuestra detención y contestan
a los doce días que no había motivo para ello”, relata Carlos.
Durante su detención en la Brigada de
Investigaciones de Lanús con asiento en Avellaneda, denominado CCD - “El
Infierno”, a cargo de los jefes - represores Bruno Trevisán y Jorge Romúlo
Ferranti, ocurrieron dos hechos cruciales: la venta forzada de bienes y la
visita del entonces juez federal de La Plata, Dr. Leopoldo Russo. En aquella
visita indagatoria, tanto el juez como su secretaria la Dra. Ana Beatriz
Aparicio (quien fue jueza del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata hasta el
2005), no brindaron respuesta alguna a las preguntas de los hermanos referidas
a los motivos de su detención y les armaron una causa sobre monopolio de
carnes, de la que fueron sobreseidos a los pocos meses.
La venta forzada de bienes ocurrió el
10 de octubre de 1977, cuando se firmó un boleto de compra-venta - que nunca lo
tuvieron -, y luego el 11 de noviembre de 1977 debieron firmar un poder
especial a nombre de su padre para la venta de los Establecimientos de 25.000
ha. La venta del avión se realizó en ese momento por documento privado, del
cual nunca tuvieron copia; hasta que por medio de la Justicia lo logramos en el
año 2005. Los compradores se presentaron en la Brigada de Lanús, eran los
empresarios Bruno Chezzi y Vicente Antonio García Fernández, de la firma
italiana Equinoquímica S.A. y les dijeron a los hermanos que si les vendían sus
propiedades saldrían en libertad. No tenían otra opción que aceptar la compra-venta.
“Vinieron con un escribano, y nosotros pedimos que quede asentado el lugar de
la operación, la Brigada de Lanús”, comenta Carlos. Después de firmar, el
comprador Chezzi dijo: “Ahora les queda poco tiempo (de detención), ya con esto
se van.” Los hermanos nunca recibieron nada por la venta pactada y debieron
padecer hasta el 4 de septiembre de 1978, hasta conseguir la libertad.
“La dictadura militar mató
nuestro proyecto de vida, algo irreparable. Por eso sentimos un dolor muy
grande, la frustración de hacernos desaparecer, la muerte de nuestro hermano
Rodolfo por amenazas, los vejámenes a nuestros padres… Buscamos que nos reparen
moral y económicamente. Teníamos siete empresas, ahora tenemos ocho causas en
la Justicia”, dice Alejandro.
- ¿Por qué creen que fueron
secuestrados y torturados?
- Tenemos que destacar que lo nuestro es una historia,
no una circunstancia. Nosotros lo que teníamos era un plan económico que
evidentemente, funcionaba. La gente de TELAM, tituló excelentemente en una nota
que nos hicieron hace unos meses: “La peligrosidad de los Iaccarino”¿Cuál era
nuestra “peligrosidad”? Éramos formadores de precios. ¿Qué significa eso? Que
nadie puede serlo más que las multinacionales o empresas concentradas,
determinando cuánto vale cada cosa. Nosotros osamos enfrentar a las
multinacionales, romper la intermediación y además, ponerle precios a las
cosas. Es evidente que, en parte, fue una cuota de desconocimiento del poder
económico cómo funcionaba y en parte fue por un deseo de los tres hermanos
claro y manifiesto, de que siempre, como proveníamos de un hogar de clase
media, ayudar a la gente de bajos recursos. Nosotros lo que verdaderamente
estábamos haciendo era una economía social, enfrentando a la economía
monopólica.
- ¿Por qué creen que no los mataron?
- Actualmente, tenemos la convicción que, el objetivo
era destrozar a la familia y demostrar qué le pasa a quién quiere confrontar
con ellos, quienes quieren desafiarlos, quienes quieren poner precios, quienes
quieren poner comercios y demostrar que se logra el éxito aún estando contra
ellos. Querían demostrarle a todos cómo quedaron los Iaccarino, cómo los
destrozamos, cómo tuvieron que hocicar cordones por varios años, y cómo todavía
hoy, siguen padeciendo. Esto significaba que quien se anima a desafiarlos, las
consecuencias son quedar como los Iaccarino. Y nosotros decimos lo siguiente: a
los Iaccarino le hicieron de todo, buscaron todas las formas, eligieron las
peores patotas, eligieron los centros clandestinos más duros, pero los tres siempre
estuvimos de acuerdo de que el día que salíamos, volvíamos a empezar. Si bien
nos destrozaron económicamente, no nos mataron, porque de lo contrario quedaría
sepultado y enterrado el escarmiento que ellos querían.
- ¿Qué nos pueden decir del Grupo Azcuénaga?
Indudablemente, un golpe de Estado no se genera
espontáneamente. Nosotros hace 36 años que venimos investigando sobre nuestro
caso, averiguando como se gestó todo lo que ocurrió. Desde que asumió Cámpora,
Jaime Perriaux – que había sido ministro de Justicia de Levingston y un
tiempito de Lanusse – empezó a dar conferencias con Julián María dentro del
país, ellos estaban llevando instrucciones a personas con poder de conducción
militar, para que llegado el momento haya un plan nacional de intervención. Ese
grupo compuesto por Jaime Perriaux, oficiales - que después llegaron a ser los
comandantes de los distintos cuerpos de ejército -, y empresarios, donde estaba
la Sociedad Rural (su presidente era Celedonio Pereda), Jorge Horacio Zorreguieta (padre de Máxima
Zorreguieta, futura reina de Holanda), la Unión Industrial Argentina, la Cámara
de la Construcción presidida por César Polledo, se reunía en una casa de la
calle Azcuénaga, cuya propiedad pertenece al dueño del Ingenio Ledesma, Carlos
Pedro Blaquier. Entre ellos, también estaban los Aleman, Martinez de Hoz, Krieger
Vasena, Cadenas Madariaga, García Martínez, García Belsunce, Ricardo Zinn, Walter Klein, Manuel
Solanet, Adolfo Diz, Alejandro Estrada, Alberto Rodríguez Varela, etc. En esas reuniones
tramaron todo el tejido que luego desataron, y en la faz económica podemos ver
como ponen a siete grupos empresarios para manejar diferentes estamentos
económicos, el grupo número uno era el Siemens de Alemania como asesor del
Ministro de Economía. Pero, ¿qué pasa? Jaime Perriaux era el socio de la señora
de Ricardo Staut, él era quien manejaba gran parte del capital de los nazis en
Alemania, con una relación directa con la Siemens. Otra demostración de cómo
actuaron fue la Mercedez Benz, que hizo desaparecer a catorce trabajadores.
- ¿Creen que su caso dejo sin efecto
la teoría de los dos demonios sostenida por ciertos sectores de la opinión
pública?
- Sin duda alguna, nosotros interpretamos claramente
que acá había un solo demonio y está demostrado. Acá hay que avanzar en el
estudio serio, sin resentimientos, sin deseos de venganza. Acá hubo un
genocidio, masacraron a todos aquellos que no estaban de acuerdo con una
política de desindustrialización, de concentración empresaria, de endeudamiento
nacional, …... De qué otro demonio se habla, del de unos muchachos que
estuvieron luchando por un ideal, el hombre que muere por un ideal tiene que
ser respetado por siempre. Nuestro caso es más aberrante aún porque no
estábamos peleando ni ideológica, ni políticamente. Nosotros estábamos compitiendo
económicamente, demostrando que se puede llegar a que el hombre sea digno en su
forma de vida.
- ¿Cómo analizan la decisión del kirchnerismo
de someter a proceso a los represores, luego de varios años de vigencia de la
ley de obediencia debida y punto final?
- Sufrimos 37 años y el gobierno que verdaderamente
puso en marcha el tema de los derechos humanos es el actual. Néstor Kirchnner
ha logrado legitimidad para hacerlo, y no es algo sencillo, hay que manejar
variables internacionales muy importantes. Yo no soy kirchnerista, soy
nacional. No callo lo que está mal, soy absolutamente objetivo. Esta pregunta
llega a lo profundo de nuestras entrañas porque nos tocó padecer el proceso
cívico- militar. Cuando fui a tomar posesión de mi cancha de golf a Córdoba, en
la ciudad de Alta Gracia, me echaron lo miembros de la “Asociación Civil Alta
Gracia Golf Club” que actualmente siguen usurpando nuestras tierras y que, por
supuesto, eran cercanos al gobierno militar. Cuando me expulsaron recurrí a la
justicia, y la jueza Graciela Vigilanti - actual magistrada del Juzgado Civil y
Comercial de Alta Gracia - ex apoderada de la compañía de Sierras y Hoteles de
Alta Gracia ( ex dueños de la cancha de golf) amparó la usucapión. Con esta situación
te puedo demostrar los niveles de connivencia que existían en esos momentos
entre la estructura que teóricamente había desaparecido y la parte económica,
militar y demás. En cada uno de los
rubros y especialidades hay cantidades
industriales de personas que colaboraron y siguen colaborando con las
estructuras de poder de la era de plomo.
- ¿Con qué expectativas esperan el
juicio próximo?
Las expectativas son ser útiles al derecho, porque si
podemos establecer con claridad lo que nos ocurrió puede ser tomado como
ejemplo para que no se repita, pero no como hecho aislado, sino que
mundialmente tenga la repercusión de saberse quienes fueron y como lo hicieron,
porque acá atacamos a Videla, que por supuesto requiere de toda la
confrontación, sentencias y condenas, pero acá hay personajes mil veces más
responsables que Videla, y a esos no los toca nadie.
Agrega Carlos, y también que sirva para todos aquellos
que han pasado por lo mismo que nosotros, en el sentido de tener una
jurisprudencia que les sirva para pelear por lo que les corresponde.
- Las amenazas sufridas por su
hermano Rodolfo y el atentado sufrido por usted, Alejandro, en abril de 2012
¿Qué significado le otorga?
No puedo sentir otra cosa que saber que estoy
transitando por el buen camino. Me da una certeza. Cuando el enemigo viene a
atacarte, viene a dañarte, viene a matarte (porque mataron a mi hermano
Rodolfo), como a mí o mi hermano, es evidente de que estamos en la línea de
acción correcta. Me gratifica que la pelea que iniciamos hace 37 años en
soledad, hoy, sigue más vigente que nunca, y dentro de la misma línea de
acción.
A nosotros nos mataron nuestro proyecto de vida, que
era absolutamente exitoso. Matar concretamente el proyecto de vida, es lo peor
que le puede pasar a personas exitosas y éste éxito lo demostramos con la
acción de siete empresas altamente rentables, haber hecho la estructura
empresarial que hicimos, haber comprado los bienes que compramos siendo jóvenes
que empezamos en este proyecto a los 17 años. Es una aberración como la muerte
y desaparición de una persona. Ellos proyectaron un daño irreparable a toda la
Patria y solo un cambio cultural por medio de la Justicia, Verdad y Memoria se
ha de lograr. Esperamos vivir para saber que toda nuestra lucha no fue en vano.
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