Podrán decirnos que es un tanto exagerado
hacer un análisis de cómo están paradas las diferentes fuerzas políticas cuando
todavía falta un año para las elecciones. Sin embargo, todos estos espacios
están dirimiendo sus internas, fogoneando posibles candidatos y diseñando posibles
tácticas para quedarse con el sillón presidencial y la enorme cantidad de
cargos ejecutivos que se ponen en juego entre la repartija de gobernaciones e
intendencias. Y aunque para la mayoría de los espacios, las fuerzas están
dirigidas a lograr esos puestos; nuevamente se liberan bancas legislativas que
serán decisivas para la correlación de fuerzas en los diferentes ámbitos
parlamentarios.
Así es que asumimos la tarea de analizar la
actualidad de cada uno de estos espacios, tratando de dilucidar cómo van a
pararse de cara al 2015, haciendo nuestra lectura sobre aquello que dicen
explícitamente en cada hueco que les otorgan los medios hegemónicos. Y también dándonos la licencia de hacer un
poquito de futurismo, buscando primerear la jugada y anticiparnos a futuras
candidaturas.
Continuando con la línea que venimos
manejando en cada uno de nuestros informes de coyuntura política, volvemos a
dividir la cancha en tres:kirchnerismo, oposición por derecha e izquierda. Será
el próximo número, el momento para analizar la situación de la izquierda y el
conjunto del campo popular. Ahí vamos.
El
dolor de ya no ser
Es dura la duda. Hay siete candidatos en
danza de los cuales sólo dos tienen posibilidades fácticas de disputar la
presidencia. Les guste o no les guste a las bases K, son Scioli y Randazzo los
únicos capaces de quitarle puntos electorales a Massa o a Macri.
A Sergio Urribarri, gobernador de Entre
Ríos, y a Julián Domínguez, Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación,
los podes parar toda la tarde en 7 y 50 y seguramente recibirán menos saludos
que el amigo vendedor de panes rellenos.En tiempos en que la política es una
cara conocida por encima de un proyecto y, a pesar de que tienen una vasta
trayectoria al interior del PJ, el bajísimo nivel de popularidad de ambos,
faltando un año y sin ningún gesto de Cristina de impulsarlos, ya se vislumbra
que tendrán que conformarse con un premio menor.
Algo parecido sucede con el Chivo Rossi y
Aníbal Fernández. Si bien ambos llegan
con un nivel de popularidad mucho más alto, puertas adentro del núcleo duro,
saben que en cantidad de votos, no logran traspasar más allá de las bases
kirchneristas. Y esto se vuelve fundamental en unas elecciones en las que
el margen de la victoria (para cualquier candidato), lejos se va a encontrar
del 54% del 2011.
Entonces aparecen Randazzo y Scioli. Vamos
de a uno. A priori, Randazzo parece mostrarse como el más confiable (entre
estos dos sujetos) para la continuación del Proyecto Nac& Pop.
Increíblemente, su gestión como Ministro del Interior, goza de un alto grado de
aprobación y se debe a que luego de la Masacre de Once (que nos dejó 51
víctimas fatales), una parte importante de la caja grande del Estado Nacional
se destinó a su cartera. De esta manera, pudo darse el lujo de reinaugurar
algunos ramales y nuevos coches, para que la pibada “ya no viaje colgada para
sentir el aire en la cara”, como dijo la Presidenta.
Otra de las razones, para creer que puede
ser el candidato que reciba la venia de CFK, se debe a que pese a no haber sido
nunca un mártir del Proyecto, es parte del “Modelo” desde la primera hora, lo
cual hace que la mayoría del Frente Para la Victoria lo vea con buenos ojos. Y
volvemos a insistir, a diferencia de Urribarri o el verborrágico Fernández, es
un candidato que puede recoger votos que se escapen por derecha. No olvidemos que una de las actividades que
más le gusta a Florencio, es macartear contra los gremios ferroviarios
combativos, y quedarse callado ante
La Verde, organización sindical a la que pertenece Pedraza, autor ideológico
del asesinato de Mariano Ferreyra.
Vayamos a Scioli, el candidato K con más
chances de ser Presidente. También, el candidato más resistido por todos los
sectores que no sean expresamente sciolistas. Amplios sectores de Unidos y
Organizados se encargan de despegarse de su candidatura. No lo quieren. Son los
‘90. Es la nueva derecha. Es más yuta en nuestros barrios. Sin embargo, es
también el vice de Néstor, es el dos veces elegido gobernador de la provincia
más grande de Argentina, es el que aguantó siempre las toscas y nunca rompió.
Ojo.
No vamos a descubrir nada nuevo por decir
que en un partido/movimiento ampliamente burocrático y verticalista, si la Jefa
da el OK y dice que hay que cerrar filas atrás de Scioli, solamente hay dos
opciones para las fuerzas que componen el FpV:nos callamos la boca, volvemos a la máxima del Pocho “el que gana
conduce, el que pierde acompaña”, y nos tomamos una buena Hepatalgina para
digerir el terrible sapo que nos tragamos. La otra opción, romper.
Todo está dado para que el panorama sea
éste, ya sea que por la gracia de Cristina o por el triunfo en las PASO,Scioli
sea el candidato oficialista. Por lo
tanto al interior de los sectores más progresistas y menos obsecuentes del
kirchnerismo, deberán discutirse las dos posibilidades que existen. Con el
Movimiento Evita a la cabeza, creemos que hay sectores que no van a negociar
una candidatura de Scioli, por lo que sería probable que insistan con Taiana,
abriendo un nuevo espacio por afuera. Será
la única manera de conservar la coherencia moral e ideológica del peronismo
combativo del cual se sienten parte; o sino, serán los encargados de escribir
una nueva página en la historia de las organizaciones populares que claudicaron
ante el poder de turno.
Continuando con la suposición “Scioli
candidato oficialista”, es fácil de creer que la vicepresidencia sea ocupado
por alguno del riñón (¿Kicillof?), donde comienzan a jugar los antes nombrados.
El objetivo sería que le funcione como un tapón ante ciertas medidas de Scioli,
y que pueda jugar un rol estratégico como presidente del Senado.
Algo parecido sucede con la provincia de
Buenos Aires, donde el candidato mejor posicionado, Martín Insaduhalde, perdón
Insaurralde, no para de coquetear con el massismo. Por lo que, en caso de que
este pase se concrete, habrá que bajar un candidato fuerte para asegurarse la
Provincia más adinerada del país. Claramente, dentro del kirchnerismo más puro,
todos los ojos apuntan a Máximo, que
ahora devenido en interlocutor ante las masas, parecería ser el recambio
generacional con las mismas ideas que vieron nacer al proyecto de su padre.
Sobre
buitres autóctonos y otras yerbas
Como somos objetivos, pero no imparciales,
y consideramos que todos los agrupamientos de derecha tienen considerable
espacio en los medios hegemónicos, vamos a destinarles solo unas poquitas
líneas.
La
expresión más álgida de la mano dura y la represión no encuentra su recepción
únicamente en Scioli. Claramente Massa y Macri,
responden a los intereses de ese amplio sector de la clase media que busca
medidas parche para acabar con la inseguridad. Meternos en ese terreno nos
demandaría unas cuantas hojas y una nota especial para ello. Pero no podemos
dejar de lado que las banderas de ambos candidatos coinciden: atender con
urgencia a la inseguridad reinante y conciliar con la clase empresarial (local y extranjera) para obtener mayores
inversiones en estas tierras.
A pesar de que busquen delimitarse todo el
tiempo, saben que compiten por un espacio de votantes muy similar. Massa busca
a lo largo de todo el país a los más rancio del pejotismo, lo cual le sirvió a
todos aquellos (intendentes, gobernadores, diputados) kirchneristas por
necesidad, para saltar de vereda y acomodarse en el lugar en que siempre
quisieron estar. También coinciden en su búsqueda de famosos sin trayectoria
militante para convencer a todos aquellos que se han dejado (muchas veces sin
poder resistirse) seducir por la televisión y eso bastó para creer que eran
idóneos para ocupar un cargo político.
Nuevamente,
la apuesta a personalidades fuertes, arrebata a la construcción de un programa
político, la posibilidad de convertirse en el verdadero motivo de elección. Otro
regalito más de la democracia representativa.
Seguramente, en la mente de muchos
encuestadores y consultores liberales, se fantasea con la posibilidad de un
armado Scioli-Massa-Macri. Parecería imposible arrebatarles cualquier elección
a la que se presentasen. Pero a pesar de
todas las coincidencias que se ven por arriba de la mesa, sabemos que en estos
sectores los que mandan son los “porotos”. El reparto de cargos, quien
conduce y quien obedece, formación de gabinetes y etcéteras,constituyen
en el dique natural a pensar en esto. Recordemos la efímera unión entre Macri y
De Narvaéz, y más recientemente, con la incorporación de sectores del PRO en la
lista bonaerense de Massa.
Por último, y con mucha menos fuerza
aparece el FA-UNEN. Ese engendro que tiene como objetivo llegar al 2015 sin
descuartizarse, tiene una feroz pelea interna. Binner, Cobos y Sanz aparecen
como los candidatos naturales. Aunque luego del desplante que Carrió le hizo a
Pino (ya que el cineasta vetaba el ingreso de Macri al espacio), no
sorprendería que ambos también vayan a las PASO en busca de la tan ansiada
candidatura.
Lo que es claro en esta fuerza, es que
atrás del discurso anti-corrupción (haciendo el horrible reduccionismo, de que
toda la mierda del sistema es producto de esto), se encuentran muchos de los
responsables de la actualidad política del país.
Frases como “respeto a las instituciones”,
“buscamos el diálogo como salida”, y otros significantes vacíos, son
compartidos por esta oposición por derecha. Otra cosa que comparten, es que de ninguna manera pueden ser una opción
de cambio progresista, para la juventud y la clase trabajadora. Ahí es
donde tiene que hablar y actuar la izquierda. El número que viene lo estaremos
discutiendo.
Nacho
Saffarano
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