EL ENCUENTRO SOMOS TODAS
Año tras año, desde 1986, las mujeres de
todo el país se reúnen con el objetivo de que cada vez sean más las voces que
levanten el tono. Bajo el lema de la autogestión, la heterogeneidad, la
horizontalidad y el espacio democrático es que en mes de octubre se lleva a
cabo el 29º Encuentro Nacional de Mujeres. Estos encuentros son la expresión más
genuina de las significativas luchas que se vienen desarrollando desde
distintos lugares, los cuales tienen como objetivo el intercambio de
experiencias entre todas las mujeres, de un punto a otro del país, y tratar de
recuperar la voz de aquellas a las que le hicieron creer que no la tenían.
Salta será la cuna, durante tres días,
de aquellas mujeres que se movilizan no sólo desde cualquier punto del
territorio argentino, sino también de Latinoamérica. Los Encuentros han
producido un gran impacto en los lugares donde se realizaron debido a la
masividad de participantes. No es un dato menor que este año se espere la
presencia de más de veinte mil mujeres. Cifra que se visualizará en la
multitudinaria marcha que pone fin al Encuentro.
En los últimos días se evidenció el
accionar de un grupo que se levanta en contra del Encuentro y se manifestó a
través del empapelamiento de la ciudad, “alertando” a los ciudadanos salteños
del evento, basándose en criterios que minimizan la importancia del mismo. El
Encuentro es un espacio político que molesta y molesta porque le pega en lo más
profundo a aquella hegemonía patriarcal. No son sólo los intereses de la Iglesia
los que se ponen en juego sino los de todxs aquellos que quieren mantener una
sociedad patriarcal y capitalista. Molesta porque habla de la trata de personas
(negocio millonario), molesta porque habla del aborto, molestan los derechos de
las trabajadoras, pero por sobre todo porque las mujeres opinan y toman
posturas sobre todo tipo de temas.
Interpelar a una sociedad tan
conservadora como lo es la ciudad de Salta, es un gran desafío a cumplir por
las organizadoras del Encuentro. El retroceso social que el estado destina a la
mujer salteña se manifiesta en el gran entrecruzamiento fomentado por el estado
con el clero. La imposición de un culto en las escuelas públicas, la tasa de
muerte referida a violencia de género que lleva el primer puesto a nivel
nacional así como también los obstáculos para practicar aborto no punible, son algunas de las tantas
consecuencias que las mujeres deben combatir.
Ha sido notorio, que desde hace varios
años, estos encuentros han generado un desagrado en sectores de la iglesia Católica,
la cual como institución, avala la constitución de grupos de mujeres enemigas
dentro del Encuentro intentando imponer sus visiones sobre el rol de la mujer
en la sociedad. Este accionar por parte de la Iglesia pone un sinfín de trabas
que resulta ser contradictoria con su doctrina. “No matarás” y “No robarás”,
pocas veces respetados estos mandamientos por parte del clero en toda la Historia,
pero a la hora de juzgar a una mujer por su accionar son el estandarte de su
bandera. “Amarás a Dios sobre todas las
cosas”, si se respeta su postura, ¿por qué no respetar las de ellas que tienen
como lema “amar su cuerpo por sobre todas las cosas”? La Iglesia siempre se colocó
en el medio del pensamiento, la ciencia, el progreso y la libertad. ¿Será acaso
que no les conviene?
Si bien los Encuentros han producido un
gran impacto, sobre todo en los últimos años, para los medios de comunicación
nacionales poca trascendencia han tenido. Se los ha llegado a ningunear
buscando escandalizar sin sentido algunos conflictos que se han desatado por
parte de una minoría, desvalorizando la importancia que tienen, el gran número
de talleres que se brindan, las actividades culturales y la influencia que han
tenido en el sanción de importantes leyes nacionales.
Mujeres del movimiento de mujeres, que
comienzan a tomar decisiones por sí mismas y enmarcan sus demandas como derechos,
que se enriquecen para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria
para todo el conjunto social. Mujeres que van a contar sus experiencias, que no
se avergüenzan de contar que fueron víctimas de algún tipo de violencia si eso
ayuda a que otras alcen su voz, las que fueron señaladas con el dedo por ir de
la mano con otra, las que intentan hacerles creer que tienen la incapacidad de
conseguir un trabajo o a las que se las condena por decidir sobre su cuerpo.
Tres días al año donde todas se sienten iguales, donde las que participan ya no
son las mismas cuando regresan. Tres días que pueden hacer la diferencia, pero
aún no es suficiente y van por más. Son
mujeres que intentan generar alternativas a un modelo donde hay
jerarquía y desigualdad. Mujeres libres, lindas y locas. ¡Mujeres que LUCHAN!
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