miércoles, 11 de junio de 2014

Mientras tanto en la vida cotidiana…


En una tarde de domingo otoñal Otro Viento sigue pateando la calle para  contar esas pequeñas historias que pasan a nuestro alrededor. Esta vez paramos en 7 y 53 frente a la plaza San Martin, de La Plata, para charlar con los graffiteros.




Nos acercamos al lugar acordado donde se encuentran Mucha Murga y Camper haciendo un gran dibujo en la persiana de un local, “estamos en este lugar, porque nos dieron permiso, el loco que labura acá nos pidió que lo hagamos. A veces es re loco pensar que estamos acá en pleno centro pudiendo graffitear entre mate y bizcocho y que nadie nos corra”.

Empezamos así a conocer la historia de aquellos graffitis que solemos ver todos los días en distintos lugares de nuestra ciudad. Mucha Murga nos cuenta que a los grupos de graffiteros se les llama “La Crew”, “en La Plata hay varios, está ATP, GMC, nosotros firmamos MEC. Estos graffitis son letras, la idea es jugar con eso y meterle más efectos, muchas veces las letras están acompañadas con dibujos”. Camper, a su vez, comenta que de chico dibujaba de todo, autos, soldaditos, “después me metí con las letras y a empezar a  flasharla, averigüé estas cosas por Internet y descubrí que en La Plata había todo una movida con esto y me copé”.

Mirando el laburo de los pibes, entre mates y aerosoles nos preguntamos por la intervención en el espacio público y las formas “ilegales” de pintadas, nos cuentan que “el graffiti no es una cosa sola, al graffiti lo componen los tags, las bombas, los rooftop, que son los graffitis altos, esos muchas veces lo haces ilegal y de noche.”. 

Inevitablemente surge la pregunta sobre cómo es el trato con la policía, Camper nos cuenta que han tenido varios problemas con la policía, “a veces te corren, pero cambió un poco, míranos ahora pintando en pleno centro y re tranquilos”. Mucha Murga por su parte, recuerda una mala experiencia que vivió con la policía: “Volviendo de graffitear de Capital nos pararon los guardias de la estación de La Plata con unos policías de civiles y nos empezaron a verduguear”, nos cuenta que lo revisaron, le vieron los aerosoles, lo tiraron al piso y lo llevaron a la comisaría aunque fuera menor, “justo había terminado de leer el libro sobre Luciano Arruga y la verdad que la flasheé, estaba re asustado pero pude llamar a mi viejo que me fue a buscar y cuando llegó los policías se hacían los buenos, fue horrible la verdad”.

No sólo tuvieron malas experiencias con la policía y obstáculos, también nos cuentan las aventuras que viven cuando dibujan, las cosas buenas que les genera ese amor por lo que hacen. Mucha Murga recuerda que “el día de la luna roja, en el pasaje Dardo Rocha estuvimos toda la noche ahí arriba pintando y la verdad que estuvo re piola, después bajar y ver tu laburo ahí arriba es increíble”.

La entrevista va terminando y les preguntamos a los chicos sobre la importancia de intervenir en el espacio público con sus dibujos, “la idea es que los vean los demás, que no quede en tu casa en un cuadrito, nos comentan. Y ante esta posibilidad de estar en la calle y poder expresarse salen distintas opiniones sobre la reglamentación de la protesta, Camper comenta: “hay protestas de todo tipo, hay cosas que para mí son para salir a protestar pero otras no tienen mucho criterio” Mucha Marcha por su parte opina que:“ Protestar es un derecho, para mí  si cierta parte de la población reclama nos influye a todos, si algo anda mal no es ‘manéjate pero no me rompa las bolas a mí’,  vos también sos parte”.

Y así se fue una tarde más, con el dibujo a casi terminar, nos despedimos y continuamos nuestra caminata, ahora sabiendo un poco más sobre esos graffitis que vemos al pasar. Y seguimos así, en la búsqueda de otras historias, de gente que en su vida cotidiana hace cosas maravillosas que vale la pena seguir conociendo.

Por Juliana Arias

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