8:30 de la
mañana. Las articulaciones trabadas por el frío mañanero, hacen que pedalear se
torne una tarea cuasi insalubre. El otoño cada vez más invierno, las veredas
cubiertas por un manto de hojas y un graffiti en una pared que reza: SI NO
HABLA CON EXTRAÑOS, NO LOS VOTE.
De movida,
esa frase interpela: ¿sabemos qué estamos votando? ¿sabemos a quién estamos
votando? Deberíamos hacer una reflexión autocrítica mínima, sobre el ejercicio
del derecho político en las urnas, para elegir quienes nos van a representar (o
al menos, lo pretendemos). Deberíamos darle un respeto supremo a tanta sangre
derramada para que hoy podamos votar. Tanto el Congreso Nacional como los
provinciales, están colmados de personajes desconocidos que se llenan los
bolsillos (los suyos, los de sus amigos y los de sus punteros) y que, a pesar
de ello, caminan por los centros de las ciudades con total impunidad.
Los
personalismos que abundan todas las listas electorales, se encargan de
posicionar a un candidato por encima del resto, al punto tal de sacarle
identidad a quienes merodean por los suburbios de las listas. Ahora bien, ¿cuántas
veces nos cuestionamos por qué pasa esto? Dotar de participación de los
afiliados de los partidos políticos, al momento de confeccionar las listas es,
al menos, darle un aire de participación a la democracia representativa. Es
permitir, que quienes militan en las bases puedan decidir quienes los van a
representar, quitándosele poder a las cúpulas partidarias. Claro que esto no
pasa, con la excepción de partidos minúsculos. Y con suerte.
Por eso, en
este año tan particular, desde Otro Viento nos encomendamos la
tarea de empezar a escribir sobre la coyuntura electoral. Para dar un panorama
de lo que está pasando, y para que quien nos lea, se cuestione, se interiorice
en las decisiones que toma su partido (si es de los afortunados que lo tiene) y
que su participación en las elecciones, no se reduzca a entrar ciego al cuarto
oscuro y depositar en un pedazo de papel de baja calidad, la esperanza de que
algo cambie, ante lo poco que se puede
manifestar y todo lo que se quiere reclamar.
Así
arrancamos este Junio. Con alianzas de las más dispares, de cara a las
Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Por lo pronto, vamos a
contar cuando surgen y que son. Con la
Ley N º 26.571 sancionada en 2009, se produce la reforma a la
ley electoral, incorporando las PASO, teniendo como principal objetivo
seleccio
nar las candidaturas para los distintos cargos públicos, ya sea de
índole nacional, provincial o municipal.
El aspecto
más polémico y por el cual colapsó de controversias la ley, es la
obligatoriedad que tiene cualquier agrupación política que se presente en las
Primarias, de superar el 1,5 por ciento del
total de los votos, para poder presentarse en las instancias definitorias. Esta
práctica es excluyente. Dificulta a las minorías políticas llegar a las
instancias finales.
De cara a las legislativas de octubre
Realizar un análisis pre-electoral cuando restan aproximadamente cinco
meses para el inicio de los comicios, es un tanto complejo. Con el transcurso
de los días, los distintos sectores políticos comienzan a experimentar diversos
tipos de alianzas y rupturas. Vale aclarar que los objetivos de la mayoría de
los partidos en danza, son meramente electorales, ya que luego de diez años de
hegemonía kirchnerista, no han logrado conformar una oposición con un proyecto
político concreto y coherente, sino más bien, han logrado agruparse y
diseminarse sistemáticamente, en virtud de no perder protagonismo en las urnas.
Bajo esta lógica aliancista de último momento, no importa tanto
conservar la línea ideológica sino contaminarla y desmantelarla
con el objetivo inverosímil de satisfacer una
expectativa mayor de votos. Hasta el momento, han surgido uniones y
fraccionamientos, y aún así, todavía quedan por cerrarse una serie de acuerdos
entre las distintas fuerzas.
Por un lado, se observa el lanzamiento de un nuevo espacio peronista - opositor denominado
“Unidos para cambiar”, conformado por personajes como Hugo Moyano (secretario
general de la CGT Azopardo ),
José Manuel de la Sota
(Gobernador de Córdoba), Francisco de Narváez, Roberto Lavagna y Gerónimo
“Momo” Venegas.
Este rejunte, entre distintos políticos conservadores del peronismo denominado “de derecha” y grandes expositores
de la burocracia sindical, pretende posicionarse como una alternativa al kirchnerismo,
respondiendo obsecuentemente a las consignas impuestas por los medios de
comunicación hegemónicos y
sus compinches corporaciones económicas del establishment: cepo cambiario, reforma judicial, ley de medios,
corrupción. En fin, proclamándose defensores de la república como Macri
de los derechos humanos.
Este armado pone la mira no solo en las legislativas del corriente, sino
también las elecciones presidenciales del 2015. En ese sentido, es que interesa
la figura de Daniel Scioli (Gobernador de la Provincia de Buenos
Aires) y casi el único personaje con posibilidades reales de quedarse con el
ejecutivo que, además, ha manifestado su aspiración de sentarse en el sillón de
Rivadavia. Sin duda, este va a ser el caballito de batalla en el tironeo entre
los dos arcos peronistas.
Por otro lado, se hallan dos armados de “centro-izquierda”, compuestos
por el Frente Amplio Progresista (FAP) y Proyecto Sur. Ambos se postulan como
una alternativa “progresista” al gobierno actual. Ahora bien, que el principal
referente del FAP, Hermes Binner, manifieste que en las elecciones venezolanas hubiese votado por el candidato
de ultraderecha y puesto por el Imperio yankee, Hernán Capriles, muestra con
claridad el tinte regresivo de este armado que, como si fuera poco, dejó deslizar un coqueteo con el macrismo en
CABA donde, a su vez, cerró un acuerdo con la Unión Cívica Radical
(UCR).
A este acuerdo todavía le resta extenderlo a la Provincia Buenos
Aires, pero el mismo se halla trabado por la interna radical. ¿Cualquier
similitud o semejanza con la
Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación es pura
coincidencia? Recordemos aquella Alianza que, incapaz de afrontar la desidia
dejada por el menemismo, agudizó aún más la crisis que padeció el país a
comienzos del siglo XXI.
Pero esto no es todo, aún queda mencionar el acuerdo llevado a cabo en
las playas de la costa Bonaerense el verano pasado, donde el liberal Prat Gay,
perteneciente a la
Coalición Cívica , cerró un acuerdo con Victoria Donda y
Humberto Tumini - dirigentes de Libres del Sur, armado que se encuentra dentro
del FAP - para ir juntos en la
CABA. ¿Qué tan amplia puede ser la vocación aliancista para
mezclar al Che Guevara con Adam Smith y David Ricardo? Parece ser que el FAP es
tan, pero tan amplio, que perdió la brújula por alguna banca más en la
legislatura. Aunque, quizá la brújula no la perdió, sino que cambió el rumbo y
giró a la derecha, ya que sus ejes se alejan cada vez más de las
reivindicaciones de los sectores populares de la sociedad.
Esta situación provocó en CABA que Unidad Popular, representada por el
diputado nacional Claudio Lozano a través del espacio “Buenos Aires para
Todos”, se aleje del armado del FAP, dado que no comparte una alianza más
conservadora que el kirchnerismo, como es la expresada por Libres del Sur,
Alfonso Prat Gay y la UCR.
¿Y qué anda pasando con Movimiento Proyecto Sur? Resulta que a mediados
de mayo, hubo un acuerdo entre Pino Solanas y Lilita Carrió - cabeza de un
sector de la
Coalición Cívica -, por el cual decidieron ir juntos en CABA.
Ambos dirigentes se encuentran en decadencia, ya que luego de hacer unas buenas
elecciones en años pasados, se vinieron a pique en las presidenciales de 2011.
Y ahora, para recuperar el terreno perdido, están reproduciendo el discurso que
marca la agenda del Grupo Clarín, apuntando con ello a conformar a los sectores
más reaccionarios de la clase media.
La decisión de Pino de aliarse con Carrió, también provocó rupturas
dentro de Movimiento Proyecto Sur, ya que por ejemplo, el Movimiento Socialista
de los Trabajadores (MST) decidió alejarse por considerar al acuerdo como un
“error político” y un “corrimiento hacia posturas de centro – derecha que sólo ponen el eje en la corrupción.”
Debido al corrimiento de los sectores de centro-izquierda a la
centro-derecha, surge la necesidad de conformar un espacio que agrupe a las
distintas organizaciones de izquierda que entiendan que hay que dar una disputa
electoral, a pesar de que es un territorio ajeno a estas y completamente
funcional a los armados burgueses que disponen del poder económico para invadir
con publicidades audio-visuales a toda la sociedad.
El mencionado espacio está discutiéndose entre distintas organizaciones
como Marea Popular, Buenos Aires para Todos, MST, el Gleyzer, entre otras. A
pocas horas de entrar a imprimir, Marea Popular y Buenos Aires para Todos,
lograron cerrar un acuerdo para ir juntos en CABA y, desde su espacio, convocan
a los distintos sectores de izquierda a participar del frente.
En los números que siguen, continuaremos
abordando estos temas para aportar al debate, ahondando en las alternativas
políticas que se posicionan a la izquierda del kirchnerismo, analizando la
situación del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) y del nuevo espacio
que encara Marea Popular junto con Buenos Aires para Todos.
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